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Economía

Carmena ultima la batalla para alejar al coche del centro: licitará un arsenal de parkings disuasorios

Manuela Carmena quiere alejar a los coches del centro de Madrid

Circular en coche por el centro de Madrid va a ser cada vez más complicado. Al menos, es la intención del Ayuntamiento de la capital, que ya está preparando una batería de actuaciones y modificaciones urbanísticas destinadas a alejar a los automóviles de la llamada almendra central de la ciudad e incluso algo más. La medida estrella para ofrecer alternativas a los ciudadanos será la implantación de aparcamientos disuasorios.

El Ayuntamiento de Madrid está dispuesto a tirar la casa por la ventana para planificar y poner en marcha este tipo de actuaciones. En los últimos días ya ha hecho público un avance con el proyecto de peatonalizar la Gran Vía y limitar al máximo el paso de vehículos por la mítica arteria madrileña. Sin embargo, esto será sólo el comienzo.

De otra forma no se entendería que el Consistorio vaya a invertir en torno a 2,5 millones de euros sólo en la preparación de los documentos preceptivos para modificaciones urbanísticas y proyectos de aparcamientos disuasorios. Un gasto en consultoría que se corresponde con grandes obras, como lo que parece que habrá en Madrid para devolver el centro de la capital a los ciudadanos, una de las promesas electorales del partido liderado por la alcaldesa, Manuela Carmena.

Está previsto que a comienzos de febrero se liciten los contratos para redactar las modificaciones urbanísticas y los proyectos de aparcamientos disuasorios, que se extenderán por los alrededores de Madrid y, además, serán de lo más variado: los habrá subterráneos, en superficie y en altura, en función de la zona donde vayan a instalarse.

Protocolo anticontaminación

Fuentes conocedoras de la situación apuntan que la decisión de implementar los aparcamientos disuasorios responde, además de a la estrategia de cerrar el centro a los coches, al hecho de que el Ayuntamiento de Madrid está dispuesta a profundizar su política de luchar contra la contaminación con la limitación del acceso a la ciudad a través del vehículo propio.

Durante las pasadas fiestas navideñas se implantó por primera vez la prohibición de acceder al interior de la M-30 para la mitad de los coches (en concreto, los de matrícula par porque el día que estuvo en vigor la medida fue impar), aunque tan solo durante una jornada completa, en la que la Policía Municipal multó a más de 300 conductores por saltarse la norma.

La medida pareció surtir efecto dado que en los siguientes días los indicadores de contaminación se redujeron de forma sustancial, hasta el punto de que desaparecieron todas las limitaciones impuestas al tráfico rodado. No obstante, no falta quien piensa que el Ayuntamiento no sería capaz de imponer una medida de este tipo en un periodo de máxima afluencia de automóviles, al contrario de lo que sucede durante los días de Navidad.

Sin embargo, no parece ser la intención del Consistorio arrugarse en este sentido. Eso sí, quiere tenerlo todo preparado para cuando llegue el momento de tener que implantar de nuevo los protocolos anticontaminación. Para entonces, es posible que los parquin disuasorios están muy próximos a ser una realidad.

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