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Economía

Desbandada de consejeros en Caja España-Duero: nadie quiere hacerse cargo de su liquidación

Una sucursal de bancaria de Caja Duero en Madrid

La dimisión de Isaías García Monge, vicepresidente primero de Caja España-Duero, hace apenas diez días, es el último capítulo de la desbandada de consejeros que ha vivido la antigua caja castellanoleonesa en las últimas semanas. Buena parte de su antiguo Consejo, en total 14 miembros, han dejado sus sillones para no certificar la desaparición de la caja y su transformación en fundación. Entre ellos, su presidente Evaristo del Canto.

"La gente no quiere asumir el descrédito de firmar el acta que certifique la muerte de la caja de toda la vida y su conversión en fundación", explica un consejero que ha decidido no abandonar su sillón. En apenas nueve días, los órganos de gobierno de Caja España-Duero caducan por ley y el vacío de poder es tal que la Junta de Castilla y León tendrá que encargarse, mediante una gestora, de liderar el proceso de transformación de la entidad en fundación bancaria.

La difícil situación en que se encuentra en estos momentos Caja España-Duero se escenificó hace apenas diez días cuando el Consejo de la caja no pudo aprobar la transformación de la entidad de ahorro en una fundación ni decidir la asignación para la obra social, como estaba previsto, por falta de quórum, ya que no habían acudido a la cita los 18 representantes necesarios para poder celebrarse.

Caja España-Duero ya no tenía acciones en el banco que creó -CEISS- después de que la Comisión Rectora del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) acordara, el pasado 16 de mayo, la ejecución del Plan de Resolución de este banco, en virtud del cual se produjo la reducción a cero del capital social que tenía mediante la amortización de acciones propiedad de Caja España-Duero.

En este tiempo que queda hasta el 30 de junio, cuando los órganos de gobierno de la caja caduquen, conforme a la Ley de 16 de julio de 2012 de Medidas Financieras y Administrativas de Castilla y León, será prácticamente imposible que se reúna el consejo de administración de Caja España-Duero para aprobar la transformación de la entidad de ahorro en una fundación. De convocarse lo tendría que hacer el vicepresidente segundo Enrique Clemente, quien tendría difícil lograr esta vez quórum. "Clemente tampoco quiere asumir esa responsabilidad", explican fuentes del consejo.

Con ello, todo apunta a que deberá ser finalmente la Junta de Castilla y León la que tome las riendas de la entidad. Desde hace dos semanas, cuatro consejeros de Caja España-Duero han dimitido de sus cargos, tres de ellos, el presidente y dos vocales, Alejandro Menéndez y Miguel Ángel Álvarez tuvieron que renunciar a sus puestos debido que es incompatible ser consejero de Caja España-Duero y de CEISS.

El acuerdo en el consejo era obligatorio para que se pudiera convocar posteriormente la asamblea general de la antigua caja y así decidir la transformación en una fundación de carácter especial. Sin embargo, la desbandada de sus consejeros deja a la caja en una situación de desgobierno que crea una multitud de incertidumbres sobre su futuro.

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