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Economía

Guindos y Margallo se baten el cobre en Bruselas para evitar un expediente a España que arruine el discurso económico del Gobierno

Los últimos informes publicados por la Comisión Europea reflejan que España suspende seis de los grandes indicadores que miden su salud económica, sobre todo el del paro, al que ve en riesgo de convertirse en endémico, el del déficit y el de la deuda pública y privada. El Eurogrupo, presidido por el holandés Jeroen Dijsselbloem, está presionando para sumar al procedimiento que España tiene abierto por déficit excesivo otro expediente por desequilibrios macro que supondría aumentar el nivel de intervención de su economía: nuevos deberes que cumplir y plazos muy estrictos para su examen periódico. La reforma pendiente de las pensiones ocupa el escaparate en todos los escenarios.

El Eurogrupo está presionando a la Comisión Europea para que someta a España a un rígido plan de vigilancia económica

Hay comisarios, entre ellos el español Joaquín Almunia, que ven inevitable la apertura de este segundo expediente, paso contra el que se están batiendo el cobre el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el de Exteriores, José Manuel García Margallo, utilizando todas sus terminales en Bruselas. El primero hizo recientemente una larga intervención ante el Eurogrupo explicando las bondades de las reformas introducidas en el último semestre y luego se explayó con la misma vehemencia ante el Ecofin, en ambos foros junto a los responsables económicos de la UE.

En el Gobierno se aguarda con inquietud la decisión que se anunciará el próximo miércoles ya que podría implicar consecuencias políticas y también económicas, con independencia de que termine presentándose como una mera cuestión “administrativa”. Este nuevo martillazo al crédito de España, reconocen fuentes del equipo económico, arruinaría el discurso optimista con el que el Gobierno ha inaugurado la primavera. Mariano Rajoy presumió hace dos semanas en el Congreso de los incipientes síntomas de recuperación de la economía española al recurrir al giro en la balanza de pagos, la reducción del déficit y la rebaja de la prima de riesgo. Pero también significaría un golpe en caliente al nuevo plan de reformas que acaba de viajar a Bruselas. El “vuelco en la economía española” que vendió el presidente quedaría tocado.

Si se consuma el nuevo expediente contra España, el Gobierno lo presentaría como una mera decisión administrativa

La mala fortuna hace que en este examen que Bruselas realizará a los desequilibrios de los socios comunitarios vaya a poner la lupa, sobre todo, sobre España y Eslovenia, país este último que se debate entre caer en el rescate o en la férrea disciplina que le impondría un expediente muy parecido al que se ventila para nuestro país. Francia está también en el ojo del huracán, pero fuentes comunitarias muestran su convencimiento de que se librará de la quema encajando un sencillo listado de recomendaciones que permitirá a François Hollande ganar tiempo para tapar sus agujeros de baja competitividad, altos costes laborales y pensiones caras.

El mayor peso en la decisión final recae sobre el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien hace unos días desorientó a quienes en la Comisión creían ya sentenciado el expediente contra España al recitar las virtudes de las reformas hechas por el Gobierno de Rajoy. Hay en Bruselas quien opina que Rehn puede estar jugando al despiste teniendo en cuenta que dentro de la Comisión Europea opera el interés en convencer a Angela Merkel y a Mario Draghi (BCE) de que los instrumentos que maneja para flagelar a los países con mayor déficit funcionan con precisión relojera suiza.

Rajoy viajará a Bruselas con su equipo económico una semana después de que el comisario Olli Rehn dicte el suspenso o el aprobado condicional

En Bruselas no ha pasado desapercibido tampoco el reciente aviso del presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, cuando delante de Hollande y de una nutrida representación empresarial dio por finiquitada hace una semana la época en la que la diplomacia mandaba sobre la economía: gobiernan los técnicos, vino a decir Barroso en un mensaje para consumo francés que también ha encontrado un eco de preocupación en los despachos del Gobierno español.

Solo una semana después de que Bruselas diga su última palabra, Mariano Rajoy y su equipo económico tienen pensado visitar a los representantes de la Comisión Europea, viaje que no tendrá la misma temperatura si lo hacen con un suspenso bajo el brazo que con un aprobado condicional.

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