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Economía

Europa no está preparada para que Draghi cierre el grifo: Barclays prevé un nuevo LTRO este año

El presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi.

Mario Draghi no podrá emular a su homólogo Ben Bernanke e ir retirando la liquidez artificial de los mercados poco a poco. Al contrario, en breve ser verá obligado a reabrir el caudal del dinero infinito, según afirman expertos como Barclays, uno de los bancos cuyo servicio de estudios mejor sigue los flujos monetarios.

El italiano logró dar la vuelta a las bolsas y los bonos el pasado jueves, en un nuevo alarde de psicología de los mercados, pero algunas voces no muy estentóreas se dieron cuenta de que su aviso de que podía bajar más los tipos no había sido precisamente optimista.

Su discurso tuvo un efecto balsámico en los mercados y sin duda ha sido consensuado con una Alemania que, pese a ser poco amiga del dinero gratis para los países periféricos, está en momentos bajos, a pesar de que la economía que preside Ángela Merkel lleva prácticamente toda la crisis financiándose con tipos negativos.

Pero Draghi lleva tiempo con un rictus mohíno, haciendo veladas advertencias a nuevas actuaciones extraordinarias que parecían olvidadas. Sólo sería en caso de necesidad, pero el presidente del BCE no se ha unido al coro de voces que dicen que poco a poco se van a ir retirando las medidas de liquidez urgentes porque la economía parece dar síntomas de mejoría.

En un documento titulado “El BCE ofrece guías para el futuro y adopta un tono muy pesimista”, Barclays prevé que, efectivamente, deberán tomarse esas medidas extraordinarias, por culpa de los bancos y del entorno económico contractivo.

Puede estar en ciernes (“antes de que acabe el año”) otra inyección LTRO (Long Term Refinancing Operation) para mitigar el hundimiento del superávit de liquidez bancario, opinan los expertos financieros. “Si el BCE realiza una revisión de balances a entidades bajo su supervisión, pueden renacer los problemas de funding para los bancos sistémicos”.

De fondo, sin duda, flota el temor al estancamiento alemán, que no en vano, las guías de futuro de Draghi (“igual bajamos aún más los tipos”) fueron aceptadas de manera unánime en el seno del BCE, es decir, Bundesbank incluido. Un vaticinio más que llamativo, ya que el banco emisor bajó tipos en mayo.

La LTRO no bastó

Conviene recordar, sin embargo, que la LTRO no es una panacea. La mega subasta de Draghi alivió la situación unos meses, pero fueron pocos. En realidad, fueron sus célebres palabras “haré lo que sea para salvar al euro”) las que desatascaron los mercados. Por cierto, fueron los bancos españoles los que más se surtieron de la barra libre de liquidez.

De momento, Barclays prevé que la bajada de tipos podría llegar en octubre, si los índices PMI de actividad manufacturera alemanes siguen a la baja. En octubre, “después de las elecciones generales”.

Mientras sigue habiendo dudas sobre la situación europea y esta vez no es por culpa de los periféricos (salvo Portugal), sino que las dudas se ciernen ahora sobre Francia y Alemania, cosa sobre la que tanto Draghi como Barclays pasan de puntillas, en EE UU hay firmas de análisis que contemplan a la Fed retirando los programas de compra de deuda antes de tiempo.

Firmas como JP Morgan o Goldman Sachs apuntan que la Reserva Federal podría comenzar a recortar sus programas de liquidez al mercado en septiembre, algo antes de lo previsto, que era fin de año. Al contrario que en la Eurozona, los datos de empleo de junio han ofrecido la señal de que no es necesario tener tan asistido al mercado. Habrá que ver si EE UU logra retirar la ‘heroína’ a los mercados. 

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