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Economía

Rato sacó Bankia a Bolsa pese a los informes negativos de 21 grandes inversores internacionales

Rodrigo Rato, el día de la salida a Bolsa de Bankia

En España, la salida a Bolsa de Bankia se convirtió en toda una cuestión de Estado. Un rocambolesco proceso ideado por Rodrigo Rato, y auspiciado por los consejeros de BFA y su filial, que generó recelo entre los grandes bancos de inversión y hedge funds internacionales. Elliott Advisors, Fidelity, JP Morgan, Blackrock, UBS o Schorders son algunas de las 21 firmas que mostraron serias dudas a la operación en el road show efectuado por Lazard para venderles el salto al parqué de Bankia. Estas firmas mostraron hasta seis grandes puntos negativos a la operación durante estos encuentros, según consta en el informe de Lazard titulado 'Proceso de salida a Bolsa de Bankia: Consideraciones sobre Valoración', al que ha tenido acceso Vozpópuli.

Dicho informe consta en la documentación que manejaron los peritos Víctor Sanchez y Antonio Busquets para elaborar sus informes periciales solicitados por el juez Fernando Andreu en la instrucción del caso Bankia, auspiciada por la denuncia de UPyD. Los seis principales puntos negativos que destacan los inversorses encierran hasta un total de 16 objeciones sobre diferentes aspectos que afectan tanto a Banco Financiero y de Ahorros (BFA, matriz de Bankia) como a la situación macroeconómica de España. En este sentido, los bancos de inversión y fondos muestran su preocupación sobre el riesgo de crédito soberano, auspiciado por la situación de incertidumbre en Grecia, y los datos de lento crecimiento de la economía española.

Sin embargo, el mayor paquete de reticencias se dirigen hacia la situación de BFA. Los inversores trasladan a Lazard su preocupación por los 33.000 millones de exposición a la promoción inmobiliaria ya que éstos están aplicando descuentos significativos para valorar los activos a valor de mercado. Los inversores no sólo solicitan más información de los préstamos promotor sin colateral, sino que perciben como "insuficientes" el nivel de provisiones de la cartera de crédito, y en particular para la cartera inmobiliaria.

Preocupa también la estructura de financiación del grupo, con una elevada de concentración de vencimientos de financiación mayorista entre 2011 y 2013, que desaconseja la inversión. "Los vencimientos de financiación en el entorno actual pueden suponer presión adicional a nivel de margen de intereses", se reconoce en el documento.

Lazard también trasladó a Rato y su consejo los temores sobre la solvencia del grupo. Los inversores solicitaban a Bankia que captase 4.000 millones en su salida a Bolsa (finalmente fueron 3.092 millones) para descartar futuras ampliaciones de capital. "Algunos inversores long only (de largo plazo) quieren ver ratios de capital superiores al 10% (cifra que no alcanzaba el grupo) para absorber un mayor deterioro en el sector inmobiliario", explica el documento.

Así, el fondo oportunista Benros declinó la oferta por no llegar a esta cifra de los 4.000 millones. Sac Capital también reclama ese mínimo de 4.000 millones. Mientras, JP Morgan, que sí acudió finalmente, reclamaba que "si la racionalidad de este deal es reabrir el mercado de financiación en España, quizás merezca la pena eliminar riesgo adicional e ir a por una tamaño de operación superior y más seguro".

Otras firmas son más duras en sus comentarios. UBS aseguraba que "el balance de Bankia no está suficientemente limpio y requiere más de 4.000 millones de capital". La gestora James Caird explica que "preferiría que Bankia levantase más capital y presentase un banco más limpio". Sin duda, quienes mejor tenían analizado al grupo BFA-Bankia eran los fondos Schroders y TPG Axon. El primero cree que el grupo tiene que provisionarse en 10.000 millones más. "Ya han reconocido 3.000 millones, así que les faltan otros 7.000 millones, por lo que deberían levantar más capital par cubrir ese déficit". Mientras, TPG consideraba que Bankia debería levantar entre 10.000 a 15.000 millones para que tanto BFA como su filial logren un 9% de capital de máxima calidad. Reconoce, sin embargo, que "probablemente sea imposible" lograr esa cantidad.

Dudas en la solvencia y rentabilidad

A las dudas sobre la solvencia se añaden los recelos de los inversores sobre los objetivos de rentabilidad de la entidad española. A su juicio, Bankia tardará "varios años" hasta que el ROE alcance el coste del capital, consideran que le será difícil mejorar márgenes y rentabilidad en un mercado tan competitivo, además de la falta de un pasado financiero, "que hace difícil valorar la evolución y el track record" de la entidad.

El último paquete de puntos negativos se concentran alrededor del gobierno Corporativo. Este grupo de firmas traslada a Lazard una "mayor claridad" respecto al contrato marco con BFA, así como los mecanismos para proteger a los accionistas minoritarios de Bankia, además de la composición del Consejo. En este sentido, los inversores recomiendan que el equipo gestor "dedique más tiempo de lo normal a reunirse con los inversores durante el road show para darse a conocer".

Las fortalezas que contemplan los inversores se centran en los beneficios que puede generar la reestructuración del grupo, su posición de liderazgo en las regiones más atractivas y que "algunos de los activos más problemáticos se han dejado a nivel de BFA".

Este informe se discutió en el consejo de Administración del 28 de junio de 2011, apenas un mes antes de la salida a Bolsa. Lazard informó sobre los rangos de valoración, indicando que el precio máximo que se ofrece está en 0,45 euros (se entiende sobre valor contable). El banco de inversión al que perteneció Rato presentó una propuesta consistente en la emisión de 907 millones de acciones en una banda de precios de precios de 4,41 a 5,05 euros por título, por lo que se obtendrían de 4.000 a 4.580 millones. De esta manera, se garantizaría una participación de BFA en Bankia del 50,03%. Esta propuesta también se aprobó por unanimidad.

Sin embargo, pese al importante 'road show' realizado a nivel mundial (se presentó el proyecto a 1.700 inversores, un 71% europeos y un 23% norteamericanos), el precio de salida quedó fijado en 3,75 euros por acción, por debajo de la banda de precios, debido a la falta de demanda suficiente para cubrir el requisito mínimo del 40% en el tramo institucional que exigió la CNMV.

El éxito de Bankia se debió al enorme volumen de acciones institucionales que colocó entre sociedades dependientes del propio grupo (20,2 millones de acciones) y el paquete adquirido por Mapfre (74,9 millones de acciones), que poseía un 15% del capital de BFA, y por tanto con influencia significativa en su gestión. Entre BFA-Bankia y la aseguradora cursaron órdenes de compra por valor de 76 millones y 281 millones, respectivamente, sumando el 28% de los títulos adquiridos en el tramo institucional.

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