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Economía

Claves de una privatización: Goirigolzarri convence a la City londinense pero Bankia no seduce a España

José Ignacio Goirigolzarri, presidente del grupo BFA-Bankia.

Bankia. La marca lleva tanto tiempo estigmatizada que José Ignacio Goirigolzarri se planteó eliminarla en el verano de 2012, como adelantó este medio. Sobraban razones para el cambio de naming. La nacionalización de la entidad, las millonarias ayudas, las enormes pérdidas de su acción, la salida de Rodrigo Rato, el conflicto de las preferentes, la admisión a trámite, por entonces, de dos querellas en la Audiencia Nacional en las que se veía envuelta la entidad… El presidente estaba tan convencido de la medida que incluso frenó el cambio de imagen de las sucursales en pleno proceso de redecoración.

Pero no se dio el paso. Don dinero pesó mucho en la marcha atrás. Rebautizar Bankia hubiera sido sinónimo de gasto (millonario) en unos días en los que se estaba cocinando el precio de la salvación del grupo: 24.424 millones. La marca vivía señalada, sin duda, pero a Goirigolzarri no le quedó otra. De aquellos episodios perviven estos lodos. Bankia, como marca, continúa sin seducir al imaginario colectivo nacional, casi dos años después. Ni en la calle, ni en las calles creadas por la fibra óptica o el 4G: las redes sociales. Bankia es la tercera franquicia que peores KPI’s (índice que miden el sentimiento de los comentarios que se generan en las redes sociales) destila entre la banca española, tras Bankinter y Santander. Así se desprende del primer estudio efectuado por SocialVane, el primer asistente virtual, 100% español, basado en inteligencia artificial capaz de monitorizar a tiempo real lo que se habla de una marca en el gran hermano en que se ha convertido Internet.

Y como en Gran Hermano, Bankia (como marca, nada que ver con la gestión del nuevo equipo) sigue estando nominada a la desconfianza. El inicio de la salida del Estado de su accionariado refleja el poco apetito que genera Bankia entre el inversor de la tierra. Apenas un 0,7%, una cifra que recuerda a campañas solidarias, de los 1.304 millones que ha logrado el FROB por el 7,5% de Bankia tiene denominación de origen española. Dicho de otro modo. La primera oleada de privatización de Bankia sólo ha conseguido un apoyo de 9,12 millones de los inversores españoles.

Bankia es la tercera marca bancaria española que peores comentarios genera actualmente en las redes sociales

¿Éxito o fracaso? Fracaso, en el haber nacional. “La salida a Bolsa de Bankia (la justicia ya ha obligado a la entidad a devolver a una familia el dinero invertido en la compra de acciones) aún está muy reciente en España. Todavía existe mucho ruido alrededor de las acciones de Bankia para que a la gente le lleguen mensajes que no les pongan en guardia”, reconocen desde el sector. Por esta razón, ese triunvirato (Economía-FROB-Goirigolzarri) que es Bankia, a día de hoy, ha decidido poner tiempo de por medio antes de dirigir las acciones del Estado a los minoritarios, los ciudadanos de a pie.

Esa ‘protección’ del Estado a los contribuyentes frente al primer lote de acciones de Bankia ha derivado en autoprotección entre los grandes inversores españoles. “No se ha puesto ningún veto a ningún inversor institucional en la colocación. Tampoco a los españoles. Quien no ha dado órdenes de compra es porque no le ha parecido oportuno”, aseguran fuentes del mercado.

¿Y quién ha comprado entonces mayoritariamente los 863,7 millones de Bankias heredadas del FROB? Inversores británicos (55,8%), estadounidenses (23,8%) y otro 19,7% repartido entre fondos, millonarios y sociedades del resto del mundo, según confirman fuentes del mercado. Un conglomerado de interés internacional que ha demandado casi el doble de volumen (2.500 millones) del que se ponía en juego.

Quizá sea el primer mensaje de que en ‘overseas’ han perdonado ya los pecados de Bankia. La misma entidad que, según ha reconocido muchas veces el propio ministro Guindos, ocupaba todas sus conversaciones en las reuniones del FMI, el G20 o el Eurogrupo no hace tantos meses. La misma marca que llevó a España al borde del rescate país. La misma marca que condenó al sistema financiero español a tener que llevar la cruz durante meses. 

Goirigolzarri, Sevilla, el CEO sin ese título, y Alvear, director financiero, se repartieron entre Londres, Wall Street, Boston y otros corazones financieros estadounidenses para buscar apoyos de cara a esta primera colocación

El éxito internacional de la colocación se fraguó entre el 5 al 14 de febrero pasados. Dos días después de presentar los beneficios del grupo, 818 millones, en 2013, el staff directivo de Bankia se repartió entre Londres y Estados Unidos a la búsqueda de inversores. Goirigolzarri y Pepe Sevilla, el consejero delegado aún sin ese título, tuvieron una agenda repleta de encuentros en la City londinense durante tres días (5-7 febrero). En paralelo, Leopoldo Alvear, director financiero de Bankia, comenzó a citarse con inversores en la costa oeste de Estados Unidos.

Tres días después, el 8 de febrero, Pepe Sevilla se unió a Alvear en el ‘road show’ por la costa este, con Wall Street como gran parada. También hubo encuentros en Boston y algún que otro centro financiero. Aquel periplo sirvió para cerrar intenciones, materializadas este viernes en el inicio de la privatización. Aquel periplo trajo también un mensaje de los inversores: mejor empezar colocando pequeños paquetes que no iniciar con una venta de más del 10%. El trasfondo de la petición estaba claro: darle más liquidez al valor en Bolsa. Dicho y hecho. Primera colocación, un 7,5%. Ni Economía, ni el FROB se negaron a este traje a medida, según reconocen fuentes gubernamentales.

Los inversores británicos y norteamericanos que han sustituido al FROB en el primer paso de la privatización controlan ya un 6% de Bankia. Los españoles que han hecho el mismo camino, por el contrario, apenas un 0,046%. ¿Hay apetito en España por Bankia? Sobran más datos.

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