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Economía

"Señor juez, Bankia me ha robado 12.000 €"

Concentración de afectados ante la sede de Bankia en Plaza de Castilla (Madrid).

Cartas manuscritas con letra temblorosa. Pequeñas historias de unos pocos miles de euros. Dramas de gente mayor que de la noche a la mañana se ven sin sus ahorros y sin saber cómo recuperarlos. El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha incorporado en las últimas semanas al sumario del Caso Bankia las cartas manuscritas de cinco jubilados en los que éstos denuncian sentise estafados por la entidad financiera tras invertir con "engaños" en participaciones preferentes. El magistrado ya ha citado a varios de ellos para ofrecerles la posibilidad de personarse como perjudicados en la causa por el escándalo financiero.

Varios de los denunciantes aseguran en sus misivas sufrir problemas de salud desde que supieran que estaban afectados por el escándalo

La primera denuncia que llegó fue la de María Josefa, una "pensionista y viuda" de 78 años que el pasado 30 de mayo acudió a la sede madrileña de los juzgados de Plaza Castilla para denunciar a "Bankia S.A. por estafarme la cantidad de 19.997,50 euros, precio que me cobraron por 26.666 acciones de Bankia el día 20 de julio de 2011". Según su esccrito, María Josefa considera que "me estafaron sacándome el dinero con artificios y engaños y con ánimo de no pagar" y denuncia que los máximos responsables de la entidad financiera lo hicieron "alardeando de total solidez y solvencia cuando no tenían más que agujeros y trampas". La pensionista madrileña llega a calificar a Rodrigo Rato de "mascarón de proa" de la estafa, y asegura de él que es "un experto en meter la pata y luego salir por pies, vendiéndonos como acciones lo que no era más que humo y de lo más tóxico". El juez citó a María Josefa para que acudiera el pasado 19 de julio a la sede de la Audiencia Nacional para ofrecerle la personación en la causa, aunque ella no acudió. Mañana, día 3 de agosto, tendrá un nueva oportunidad de hacerlo.

Quien sí lo ha hecho ya es el matrimonio formado por Camilo y Rosa, quienes el pasado 10 de julio acudieron a la comisaría de Policía del distrito de La Latina, en Madrid, a denunciar a Bankia. Según consta en dicha denuncia, ya incorporada a la causa, la pareja acudió el 7 de julio de 2009 a la sucursal de Cajamadrid de la calle Rafael Finat donde tenían sus ahorros y contrató lo que creía que era "un depósito bancario al 7% a cinco años de imposición". Siempre según su relato, cuando más de dos años después ellos acudieron a la oficina a retirar para retirar sus ahorros, los empleados de la entidad les informaron de que "se trataba de participaciones preferentes y no de un depósito bancario siendo informados de que n ose podía sacar por orden de la Comisión Nacional del Mercado de Valores". Ese día, continuan los ancianos, se dieron cuenta que los 128.500 euros que habían invertido se habían quedado en 64.250 euros, justo la mitad. Desde entonces, Camilo y Rosa aseguran sufrir "ansiedad y trastornos psicológicos y tener dificultades para llegar a fin de mes".

"Nadie ha hecho nada"

Ese mismo día, el matrimonio acudió al Juzgado de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional con una carta manuscrita dirigida al propio juez Andreu en el que insistía que ambos fueron engañados y estafados por los empleados de la sucursal a la que acudieron y por los "directivos, consejeros y responsables" de Bankia. En la misiva Camilo y Rosa critican que "nadie ha hecho nada solucionar este gran problema" y, tras recordar que tienen "2.666 título que hoy no valen nada", piden a la Justicia que "actúe y que caigan los que tengan que caer. Que nuestro dinero vuelva a nosotros, pues es nuestro", piden con un tono que suena más a súplica que a exigencia. El pasado 20 de julio ambos acudieron a la sede de la Audiencia Nacional citados por el juez Andreu, quien les ofreció personanrse en la causa "como perjudicados". Para ello, deberán personarse con abogado y procurador. Ambos aprovecharon para entregar en el juzgado la documentación de su caso.

Felipe, de 81 años, ha enviado a Goirigolzarri, Linde y el fiscal general del Estado cartas similares a la que ha remitido al juez Andreu

Un día antes de que la denuncia de este matrimonio se registrase en la Audiencia Nacional, lo hacía la carta de otra afectada, Araceli, una mujer que en dos folios manuscritos asegura haber agotado todos las vías para reclamar ante la entidad bancaria el dinero que, asegura, se le adeuda. Según ella, hasta ahora sólo ha recibido "respuestas que no satisfacen mis expectativas como antigua cliente de Cajamadrid". Araceli asegura ser "víctima de delito penal societario de apropiación indebida de 12.000 euros de mi depósito bancario". La mujer, que no aclara del todo cómo perdió el dinero, afirma que el caso le ha provocado un "arruinamiento" y asegura que su caso es "de libro de derecho penal". Araceli detalla, incluso, el dinero que, en su opinión, se le debe entregar para resarcirla: 24.000 euros (el doble del dinero perdido) más daños morales y desplazamientos, que cuantifica en 700 euros más. Al final de la misiva, pide que se resuelva su caso "a la mayor brevedad tanto este ilícito como otras preferentes, alteración de precios etc del caso Bankia".

"Corrupto, ladrón y mentiroso"

Mucho más extenso en sus explicaciones ha sido, sin embargo, el quinto jubilado cuya reclamación ya aparece en el sumario contra la entidad bancaria. Felipe, un anciano de 81 años, registró el pasado 24 de julio en la Audiencia Nacional un amplio escrito de doce folios dirigido al juez Andreu en el que acusa al Bankia de "haberme robado mi depósito 6Plus de 12.000 euros y pasarlo a bolsa sin mi consentimiento e información". Felipe explica que hace ahora un año acudió a su oficina de Cajamadrid en el madrileño barrio de Moratalaz para pasar ese dinero a una cartilla "al no cubrir mi pensión todos los gastos mensuales y familiares, y tener que cubrirlos con el colchón de ahorros que tenía de años". Siempre según su relato, el anciano fue abordado en la entidad por un empleado al que no conocía y que le convenció para invertir su dinero en un producto en el que le garantizó "flexibilidad, seguridad y comodidad" y cuya letra pequeña no pudo leer porque sufre de cataratas. Resultaron ser preferentes.

Tras tildar al empleado que le atendió de "corrupto, ladrón y mentiroso", Felipe asegura en su escrito que durante mucho tiempo pidió al banco "que anulara lo de la bolsa y retornara los 12.000 euros a mi cuenta corriente", pero que "tuve que dejarle por imposible. Me ha arruinado". Desde entonces, este octogenario no ha cejado en intentar dar a conocer su caso. Ha enviado cartas al actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, al gobernandor del Banco de España, Luis María Linde, y al fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, sin respuesta por parte de ninguno. "Mi señora, de 78 años, ha cogido una arritmia del disgusto, no se encuentra bien", asegura para poco después reclamar a "su señoría" justicia y amparo. "Nadie me protege, no tengo efectivo para mis gastos mensuales", se lamenta antes de reconocer que ni siquiera "puedo pagar un abogado". Felipe, que pide que no se facilite a los demandados su identidad completa ni la de su mujer, concluye su carta con "un abrazo, señoría, de un ciudadano de 81 años".

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