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Economía

Sabadell da la voz de alarma: la banca vuelve a conceder hipotecas que no son rentables

El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu.

Lejos quedan ya esos tiempos en los que la banca se aferraba a la falta de demanda solvente para justificar la sequía de crédito. En apenas 20 meses, los diferenciales de los préstamos, de cualquier índole, no han hecho sino dibujar un prolongado descenso. Una guerra de precios, auspiciada por la necesidad de las entidades de generar volumen de crédito, que ya ha levantado las primeras sospechas por parte del sector financiero. Primero fue Francisco González, presidente de BBVA, quien alertó de que se estaba creando una nueva burbuja de crédito en España. Sabadell ha sido la segunda entidad en advertir también peligros.

Su presidente no quiere hablar tanto de existencia de burbujas en cuanto a precios sino del inicio de malas prácticas en el sector para crecer en volúmenes a costa, incluso, de operaciones que puedan generar una pérdida esperada superior al coste del crédito. "Este tema me preocupa más que el de los precios del crédito", aseguró este martes Josep Oliu en un encuentro con periodistas. El banquero asegura que se están empezando a conceder hipotecas que no son rentables con el único objetivo de lograr mayor masa crítica de clientes. Incluso llegó a conminar a los reguladores a que actúen para evitar que se generalice esta situación.

"Existe cierta tendencia en la banca comercial de dar crédito e intentar crecer con volúmenes para que con éstos se pueden arreglar las cuentas de resultados frente a la falta de ingresos que existen por otros lados. Esto está llevando a que en algunos casos se están produciendo hipotecas con pérdida. La competencia bancaria lleva a cosas que no son normales pero para esto están los reguladores", denunció Oliu.

A su juicio, una idea compartida por su consejero delegado Jaime Guardiola, se está "lejos de vivir una burbuja de crédito". Ni siquiera el importante crecimiento en la nueva producción de créditos hipotecarios y al consumo, en volúmenes del 20% interanual hasta abril, según los últimos datos del Banco de España, les lleva a cambiar su argumentación. Para ello, Guardiola puso un ejemplo. La nueva producción de hipotecas de Sabadell crece un 60% frente a 2014, pero este incremento no supone ni el 20% de la producción hipotecaria de la entidad, sin incluir todos los bancos integrados durante la crisis, antes del estallido de la burbuja hipotecaria.

"Para que se produzca una burbuja se tendría que registrar durante muchos años una política de enorme liquidez por parte del Banco Central Europeo. No me preocuparía por las burbujas", insistió Oliu, que tampoco vislumbra una nueva guerra del pasivo tras el lanzamiento por parte de Santander de la cuenta 1,2,3 que remunera el 3% anual los depósitos de hasta 15.000 euros.

"Una guerra del pasivo cuando los tipos están en casi cero o negativos es suicida y no tiene ningún sentido. En su momento, cuando Santander lanzó la Supercuenta se adelantó al mercado pagando a los depositantes por aquello. Ahora no hay expectativas de subida de tipos y el dinero seguirá estando barato. En este contexto, no habrá guerra del pasivo", defendió el presidente de Sabadell.

Pese a que el banquero no se muestra muy optimista sobre el éxito de la ofensiva de Santander para captar nuevos clientes -"la campaña de Cataluña no funcionó"-, si reconoce que reaccionarán a esta oferta "retocando" uno de sus productos: la cuenta expansión que también ofrece devolución por pago de recibos. "La cuenta 1,2,3 (de Santander) no es para captar pasivo sino para vincular clientes. Esa guerra, la de vincular clientes, si va a existir. Cada banco para vincular a sus clientes va a tener su propia estrategia, pero no creo que haya que pensar que se van a acabar las comisiones como forma de vinculación", sostuvo Guardiola.

Precisamente, los dos banqueros explicaron que su entidad está a la espera de la resolución de Bruselas sobre la nueva política de comisiones de Caixabank para decidir si optan por esta misma medida. Desde febrero, la entidad presidida por Isidro Fainé cobra una comisión de dos euros a los no clientes que realicen una extracción en un cajero de Caixabank. La medida se extenderá al resto de entidades si Bruselas no pone trabas.

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