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Economía

El BBVA deja solo a Francisco González y se acerca a la vieja guardia

Francisco González, expresidente del BBVA

Del "yo creo a Francisco González" de Carlos Torres al "me vais a permitir que sobre personas concretas no haga comentarios" ha pasado tan sólo un año. El BBVA y el propio banquero han dado la espalda al que fuera su presidente durante casi dos décadas. La tensión entre ambos bandos es palpable desde que el banco fue imputado, pero el distanciamiento se ha hecho evidente con el levantamiento de sumario, este lunes. 

En la presentación de resultados de 2018, en febrero de 2019, el presidente Torres calificó a FG de "referente" y de un "hombre con principios". "El legado de él es innegable, nos deja el mayor proyecto de la banca mundial", añadió ese mismo día, aludiendo así al buen hacer del "banquero ético". Más tarde, con su salida voluntaria de BBVA, Carlos Torres agradeció a González su renuncia para "evitar que se use su imagen para dañar a BBVA".

Sin embargo, la relación entre la entidad y el banquero se fue enfriando a medida que avanzaba el caso. González siempre ha defendido públicamente la honorabilidad del banco; de hecho, a día de hoy sigue defendiendo a su equipo. "En la Alta Dirección estaba absolutamente aceptado y formaba parte del acervo el código FG: todo lo que hace el banco debe ser legal, publicable y moralmente aceptable por la sociedad", explicó el banquero en un comunicado oficial.

BBVA, en cambio ha optado por una estrategia de 'sálvese quien pueda'. En la rueda de prensa de las cuentas anuales de 2019, hace un semana, el banquero rehusó hablar sobre el que fuera su predecesor en el cargo pero sí de él mismo. "No hay ninguna posibilidad de que yo tenga algo que ver con este asunto [...] del resto de personas no puedo ni debo hablar", enfatizó.

Ese día no estaba levantado el secreto de sumario y por "respeto" a la Audiencia Nacional y a la investigación no se podía decir nada. Pero ahora el sumario es público y FG ha salido a defender su honorabilidad que se está poniendo en duda y BBVA, por ahora, ha optado por guardar silencio.

Este medio se ha puesto en contacto con el banco en varias ocasiones para preguntar por el caso y en todo momento se ha negado a hacer comentarios. Preguntado por la declaración oficial de González, BBVA ha respondido que "es el expresidente" y que "habla en su nombre". 

FG carga contra la Fiscalía

En un comunicado oficial, el expresidente de BBVA manifestó su "más absoluta indignación y sorpresa ante la intolerable agresión que está sufriendo a raíz de la ligereza frivolidad de las acusaciones vertidas sobre su persona". 

FG asegura que "según la documentación conocida hasta el momento, existe una absoluta falta de rigor y una ausencia total de pruebas que sustenten acusaciones tan graves y una inexplicable carencia de argumentos jurídicos", a la vez que añade que "en base a lo conocido del sumario, el escrito de la Fiscalía Anticorrupción se basa en simples indicios e incluso meras conjeturas, así como en opiniones y declaraciones de terceros, que están en una posición de defender su propia situación personal".

En banquero recalca su total disposición a actuar con "plena transparencia" y recuerda que él ha sido el único que no se ha acogido a su derecho de no declarar y lamentó que los fiscales Miguel Serrano e Ignacio Stampa no hayan tenido en cuenta este paso adelante en su escrito.

No obstante, González reitera su confianza en la Justicia y afirma que "seguirá colaborando con cualquier nueva petición en el marco de la instrucción, ahora, también, una vez levantado el secreto de sumario".

Acercamiento táctico

Y mientras BBVA marca distancias con González, Carlos Torres se intenta reconciliar con todo aquel que FG defenestró durante su reinado en el banco. De hecho, como ya publicó Jesus Cacho este domingo en este mismo medio, el presidente de BBVA ha invitado a almorzar en privado a Pedro Luis Uriarte, el que fuera vicepresidente y CEO del BBV y más tarde del BBVA para retomar conversaciones pendientes y de paso, retar a Nadia Calviño. 

El padre del Concierto vasco es un antiguo político muy afín al PNV, partido, junto al BCE, en el que Neguri tiene puesta todas sus esperanzas; para que les devuelva el poder y el lugar que les pertenece en el banco. La burguesía vasca quiere regresar a los tiempos de Emilio Ybarra. Para ello confían en el partido político y, sobre todo, en el regreso de José Ignacio Goirigolzarri, de la mano de Bankia. 

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