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Economía

España es el cuarto país de la UE más caro para emprender, denuncian los empresarios

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, presenta la Ley de Emprendedores

España es un país en el que falta espíritu emprendedor. En el diagnóstico han coincidido tanto el Ejecutivo como los empresarios pero son los emprendedores los que han puesto las cifras para buscar responsables. Según el informe del Círculo de Empresarios, es el Ejecutivo el que dificulta esa actividad. De las normas aprobadas en dos años de Gobierno, el gabinete de Mariano Rajoy ha aprobado 50 medidas fiscales con las que grava las actividades empresariales y emprendedoras frente a dos con las que da la opción de desgravar, concluye el documento. 

Según el informe de análisis de los Presupuestos Generales del Estado de 2014, las contribuciones sociales que pagan quienes emprenden una actividad empresarial se sitúan entre los más altos de la UE. Esas contribuciones suponen en la actualidad el 8,5% del PIB hasta convertirlas, de hecho, en las cuartas más altas de toda Europa sólo por detrás de las de Francia, Italia y Bélgica. El promedio comunitario -según los cálculos del Círculo- se sitúa en el 6,8%. 

El Ejecutivo ha encarecido también las cuotas que pagan los trabajadores autónomos. Tras esa decisión, los costes de ser autónomo en España sólo están por detrás de los de los Países Bajos, Alemania y Austria. 

Los empresarios recuerdan que entre las promesas incumplidas del Gobierno Rajoy figuran la de rebajar las cuotas a la Seguridad Social y las de rebajar impuestos, dos medidas que se han evaporado y reclaman una "reducción en dos puntos de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social".

Las mejoras en competitividad empiezan a tocar techo

Los empresarios valoran las rebajas de sueldos que se han aplicado en los últimos trimestres. Sin embargo, la ganancia de competitividad que esa rebaja ha permitido comienza a agotarse. Según el análisis de la estructura empresarial española, la mayor presencia de microempresas -con menos de 10 trabajadores y que en la actualidad representan el 93,8% del tejido total- y de pequeñas empresas -con menos de 50 trabajadores y que suponen otro 5,4%- hacen que las mejoras adicionales de competitividad pasen necesariamente por conquistar nuevos mercados. Sin embargo, concluye el documento, "el menor tamaño de nuestras empresas limita futuras mejoras de la productividad y el crecimiento del sector exterior". 

Ante ese diagnóstico, los empresarios piden al Gobierno que solucione los problemas de acceso al crédito bancario, un aumento en la inversión de I+D+i y que termine con lo que califican como "ineficiencia de la burocracia pública, la regulación laboral y el sistema impositivo español". 

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