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Economía

La plantilla 'perdona' a Ana Botín: sin preguntas sobre Rato, Villar Mir o el futuro del consejo

Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander.

La actualidad les ha devuelto a los titulares estos días. A Rodrigo Rato, miembro del Consejo asesor internacional del Santander e imputado por el caso Bankia, por haberse visto obligado a devolver el dinero gastado de forma injustificada con la tarjeta de crédito asociada a su puesto como presidente de la entidad nacionalizada. A Juan Miguel Villar Mir, consejero del banco rojo e imputado por el caso Bárcenas, por estar de nuevo señalado por la Justicia al tener que declarar como inculpado en un presunto amaño de una concesión hospitalaria en Baleares. Sin embargo, ni uno ni otro, ni tampoco referencia alguna a posibles cambios en el Consejo, aparecieron en el encuentro que mantuvo Ana Botín con la plantilla del Santander, adelantada por Vozpópuli.

El acto, que duró por más de una hora, no tuvo ninguna pregunta incómoda. Las cuestiones que se plantearon desde Brasil, México, Reino Unido, y las realizadas desde el auditorio de la ciudad financiera de Boadilla, sirvieron para apuntalar el mensaje continuista que viene defendiendo la nueva presidenta desde su designación hace tres semanas. Así, se volvió a insistir en la política de prudencia, empuje en la labor comercial siempre bajo un estricto control del riesgo y en el modelo de filiales del grupo. "Estamos viviendo unos cambios muy rápidos, pero eso no implica que se vaya a producir un cambio en la estrategia del banco", subrayó la banquera.

Botín apenas esbozó algún matiz de la futura estrategia del grupo. Así, la nueva presidenta expuso que la dirección pretende un crecimiento orgánico en todas las geografías en las que opera. En este punto, a una cuestión sobre el mercado asiático, la número uno del Santander aseguró que se seguirán cimentando las relaciones de la entidad con sus socios en China. En diciembre pasado, el grupo español firmó un acuerdo de colaboración con Bank of Shanghai (BoS) al adquirir el 8% de su capital en manos de HSBC, lo que le convierte en su segundo accionista.

Pese a que la intención es el crecimiento orgánico, Ana Botín no descartó algún tipo de adquisición. "Se van a estudiar todas las oportunidades en todas las geografías en las que estamos presentes", aseguró. En el mercado se prevé que el Santander sea uno de los jugadores que participen activamente en alguna operación a nivel europeo una vez que el Banco Central Europeo (BCE) se convierta en el supervisor único de los grandes bancos de la zona del euro.

Mientras la presidenta del Santander mantenía el encuentro con su plantilla, la entidad inició la venta de un 2% de su filial polaca, el Bank Zachodni WBK, mediante una colocación acelerada. Así lo ha confirmó el propio banco polaco en un comunicado en el que ha explicaba que ha recibido información de la entidad española sobre el inicio de la venta de 1.984.691 acciones de la entidad, que representa un 2% de su capital social.

El grupo, que quiere apuntalar su posición en China, estudiará todas las oportunidades que aparezcan en los diferentes mercados en los que está presente 

La venta de estas acciones permitirá al Santander cumplir con el compromiso alcanzado con el regulador polaco, de que antes de finales de 2014 la filial de Polonia tendría un free float -capital que circula en el mercado- de al menos el 30%. En marzo de 2013, el Santander ya vendió el 5,2% de su filial polaca por 285 millones de euros. En la actualidad, el Santander cuenta con un 71,4% del capital social del Bank Zachodni WBK.

La intervención de Ana Botín estuvo marcada por los guiños a su plantilla. Insistió que quiere un banco que cuide a sus equipos, con una plantilla más motivada para mejorar las relaciones con los clientes. En este sentido, Javier Marín, el CEO de la entidad, explicó que la dirección trabajará para mejorar aquellos aspectos negativos que han detectado en una encuesta interna realizada a los 185.000 trabajadores del grupo. El 80% de la plantilla ha contestado al cuestionario en el que se pretendía conocer el grado de satisfacción de los trabajadores con sus condiciones laborales actuales.

Una de las mayores quejas reflejadas por la plantilla se refiere a las reiteradas prolongaciones de jornada, que se han convertido en una dinámica diaria. En este sentido, Ana Botín se comprometió a desarrollar proyectos que mejoren la conciliación de la vida laboral y personal "tanto de las mujeres como de los hombres".

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