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Economía

El libre comercio salva a los lutiers

Manuel Rodríguez Jr. director general de Guitarras Manuel Rodríguez.

En un momento en el que los acuerdos de libre comercio están bajo lupa por el controvertido TTIP -sus detractores advierten de que solo beneficiará a las grandes empresas y rebajará la protección social y medioambiental de los Estados europeos- puede sorprender que un pequeño negocio tradicional como el de lutier de guitarras pueda verse beneficiado por ellos.

Los pequeños talleres de artesanos de guitarras, salvaguardas del sonido puramente español, están obligados a abrirse al mercado internacional debido a que la demanda nacional no es suficiente para sostener el sector. Pionero en esto fue Manuel Rodriguez, artesano que cambió Madrid por Los Ángeles a finales de la década de los 50 para sacar, con paciencia y maestría, los mejores sonidos al otro lado del Atlántico.

Ahora, su nieto, Manuel Rodríguez Jr., defiende los acuerdos comerciales para contrarrestar la presencia en tiendas de guitarras clásicas españolas fabricadas en China o Japón, "la solución para actividades como la nuestra es salir a los mercados y demostrar las diferencias de calidad frente a fabricantes de bajo coste".

Rodríguez, que en poco más de un año ha triplicado el número de artesanos que trabajan en su fábrica de la localidad toledana de Esquivias sostiene que el mercado de los lutieres españoles es el mundo y por ello necesitan tratados de libre comercio que "nos faciliten esta tarea, porque en un contexto de competencia de precios no basta sólo con la tarjeta de presentación de la tradición y la calidad".

Según la Comisión Europea, el caso de éxito de este artesano se debe en parte "a las facilidades ofrecidas por los tratados de libre comercio internacionales como el de Corea del Sur, que hace más sencillo ganar cuota a los productores extranjeros y aumentar la producción en España".

"Para recuperar la cuota en los mercados internacionales debemos contar con facilidades para ser competitivos”

De hecho, las exportaciones fuera de España suponen para este taller que fabrica unas 6.500 guitarras al año destinadas a más de 120 países de todo el mundo, las tres cuartas partes de sus ventas y en los últimos 3 años multiplicado por ocho sus ventas en Coreas del Sur.

Por ello Rodríguez Jr. destaca que "sin el soporte de las ventas internacionales esta profesión desaparecería pues la demanda del mercado español no basta para asegurar la actividad" y sentencia que "la guitarra clásica española debe seguir siendo española, para lo que es imprescindible que los fabricantes nacionales recuperemos cuota en los mercados internacionales para lo que debemos contar con facilidades para ser competitivos en dichos mercados”.

Actualmente la Unión Europea mantiene acuerdos con más de 60 países que tienen como objetivo "crear un clima propicio para el comercio y la inversión que beneficia tanto a personas como empresas" aunque según reconocen que "son los lutieres quienes tienen el deber de aprovechar las ventajas de los tratados internacionales de comercio si quieren mantener su profesión viva".

Ahora estos artesanos esperan la entrada en vigor del considerado caballo de Troya del TTIP, el tratado comercial entre la Unión Europea y Canadá (CETA, por sus siglas en inglés), ya que este país es el principal proveedor de madera para la creación de sus instrumentos y la firma del acuerdo puede abaratar la importación de esta materia prima hará, en principio, más competitivos a nuestros maestros. 

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