El menú de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva: un cóctel con 20 aperitivos y un plato homenaje

Aseguraron que sería una gran fiesta, y así ha sido. Considerado el gran evento social del año, la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva sigue dando de qué hablar. Y no solo por las críticas al vestido de la novia o al que lució Isabel Preysler, quien copio su look a la mismísima Jennifer Lopez. Tras sortear numerosos imprevistos como los problemas de diseñador con su look nupcial o el robo de las joyas de algunas de sus invitadas, la marquesa de Griñón y su ya marido organizaron una gran celebración en la que no faltó detalle.

Dos vestidos firmados por Carolina Herrera, 400 invitados, música en directo y un espectacular despliegue gastronómico que no ha dejado indiferente a nadie. Y es que, a pesar de que algunas fuentes han asegurado a ‘Informalia’ que el menú elaborado por Eneko Atxa no estuvo a la altura de lo esperado, desde la revista ‘¡Hola!’, la encargada de desvelar en exclusiva todos los detalles, aseguran que, como buenos amantes de la gastronomía, Tamara Falcó e Íñigo Onieva ofrecieron un lujoso ágape.

Así fue el menú de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva

Considerado uno de los grandes cocineros de nuestro país, y con cinco estrellas Michelin, Eneko Atxa, al frente del restaurante sostenible Azurmendi en Larrabetzu (Vizcaya) fue el elegido por Tamara Falcó e Íñigo Onieva para el menú de su boda. Un menú diseñado por el chef especialmente para la ocasión, en colaboración con la propia marquesa de Griñón.

Así, acompañado por 45 chefs y un ejército de camareros, Eneko Atxa ofreció un espectacular menú cocinado en las cocinas instaladas en los jardines de El Rincón, donde tuvo lugar la boda. Allí, los invitados disfrutaron de un cóctel, que comenzó poco después de terminar la ceremonia, y que duró hasta las diez y media de la noche.

Tal y como confirma la revista, “para el cóctel se diseñaron estaciones tematizadas que reproducían gran parte de la experiencia de visitar el templo gastronómico del cocinero en el País Vasco”. En dichos puestos se ofrecieron hasta 20 entrantes, entre los que destacaron platos como talo de langosta y flores, espárragos en textura, ‘macaron’ de flores, erizo en texturas, nori y caviar, sardinas bilbaína, bogavante en sake y txacolí, vermouth trufado o polvorón de queso Carranza.

Finalizado el cóctel, los invitados tomaron asiento en las mesas ubicadas bajo unas grandes carpas en color verde decoradas con lámparas de ratán y pequeñas bombillas que ofrecían, junto con las velas, un juego de luces perfecto para la ocasión.

Los novios cuidaron cada uno de los detalles, incluida la decoración de las mesas, con servilletas bordadas con la G de Griñón y la corona del marquesado, y las 2400 rosas que las decoraron.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva entraron a la carpa al son de una de sus canciones favoritas, ‘Walk the Moon’ de Shut Up and Dance, y fueron recibidos por sus invitados que les acompañaron encendiendo bengalas.

Ya todos situados, dio comienzo un menú de tres platos, en los que Carlos Falcó, padre de Tamara Falcó fallecido en marzo de 2020, estuvo muy presente. Así, el entrante degustaron quisquillas con esencia de hierbas, un plato que los novios combinaron con un XF Sierra Cantabria Rosado 2022 (D.O. Rioja).

El plato principal del menú fue un homenaje al marqués de Griñón, un gran aficionado a las recetas de caza. Por eso, los novios ofrecieron un pichón asado, trufa, tembloroso de setas, ñoquis de Idiazábal y estofado de trigo que fue maridado con un vino Marqués de Griñón AAA 2013 (D.O. Valdepusa).

Para rematar el menú, Eneko Atxa sirvió de postre Chocolate y Olivia ‘Marqués de Griñón’, elaborado con el aceite de oliva virgen extra creado por el padre de Tamara Falcó, y que supuso el mejor cierre para un deleite gastronómico inolvidable para los invitados.