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El huracán ‘Mar Flores’ resucita a la ‘Generación Tómbola’ de modelos españolas

El huracán Mar Flores resucita a la Generación Tómbola de modelos españolas

No podría entenderse nada de la crónica social actual sin hablar de Mar Flores. Pese a haber mantenido un perfil bajo durante los últimos tiempos, la modelo ha sido la protagonista de algunos de los grandes escándalos que han hecho temblar el mundo del corazón patrio. Nada de lo que podamos ver en la actualidad -ni siquiera el enfrentamiento entre Belén Esteban y Toño Sanchís- puede igualarse con el revuelo que generó aquella portada con Alessandro Lequio en la cama. Un escándalo sexual justo cuando la modelo se postulaba como estandarte de la Casa de Alba, que se dice pronto. 

Las desventuras de Mar Flores, especialmente durante la década de los 90, se convirtieron en el pan nuestro de cada día. Su amistad íntima con Sofía Mazagatos, su cruce de acusaciones después de decidir que mejor eran enemigas, sus relaciones amorosas, sus pinitos en el cine, su proyectos televisivos. Mar Flores era la Belén Esteban del momento, aunque más contenida y educada. Luego vino su boda con Javier Merino y la modelo pasó a un plano social más sosegado. Pero, ¿y ahora? ¿Volverá a reinar con la misma fuerza que antes? Auguramos una época repleta de rumores de noviazgo y declaraciones de la modelo en portada de revistas. ¿Un Deluxe? Igual es pasarse. 

La modelo, eso sí, no reinó sola. Si a nivel internacional teníamos a Claudia, Cindy, Elle o Naomi, en España sacábamos pecho de Mar, Sofía, María José, Raquel o Esther. ¿Cañadas? No, esas llegaron un poco más tarde. Hemos decidido bautizarlas como la 'generación Tómbola', ya que, más que en las pasarelas -que también-, donde de verdad reinaron fue en el papel cuché: 

Sofía Mazagatos

Amiga y enemiga de Mar Flores. Primero fueron íntimas, o casi, y llegaron a fundar una agencia de modelos juntas, pero el asunto acabó pronto y, al parecer, como el rosario de la aurora. Sofía Mazagatos siempre ha ido un paso por detrás de su compañera, o esa es la sensación que nos ha dejado. Ha sido presentadora, también actriz y hasta sus relaciones sentimentales guardan cierto paralelismo con las de Mar Flores. ¿Casualidades de la vida? Desde luego. Eso sí, Sofía puede presumir de ser la creadora de la frase 'estar en el candelabro'. Un respeto. 

Raquel Revuelta

La implicación con el mundo de la moda de la ex Miss España Raquel Revuelta es incuestionable. También su reconversión en personaje de la crónica social. La modelo probó suerte en la interpretación, hizo sus pinitos en televisión y acabó creando escuela gracias a Homo zapping. Ah, no, que no era ella, ¡se trataba de Paco León! Qué cabeza... Gracias a su escuela de modelos, se convirtió en la responsable de enseñarles a desfilar a los colaboradores de Sálvame en su Fashion Week. ¿Repetirá en la segunda edición?Igual los disgustos de la primera no se lo aconsejan. 

María José Suárez

Ya casi nos hemos olvidado de que María José Suárez fue Miss España en 1996 -Sofía Mazagatos lo fue en el 91, Raquel Revuelta en el 89-. Su agitada vida sentimental ha eclipsado casi todas las demás facetas profesionales de la modelo. Y eso que no para de trabajar. Ha sido presentadora de televisión en infinidad de ocasiones, ha amadrinado eventos, ha hecho sus pinitos en la ficción, y además es empresaria. ¿Cómo le da tiempo a la gente a trabajar tanto? No hay una semana en la que la modelo no aparezca en las páginas de las revistas. ¡Qué vitalidad! 

Esther Arroyo

El grave accidente automovilístico que casi le cuesta la vida hizo que la carrera de la modelo Esther Arroyo se quedase en suspenso. Y eso que la ex Miss España había conseguido triunfar en casi todo lo que se había propuesto. Sus apariciones en todo tipo de programas de televisión -a Tómbola, de hecho, fue en varias ocasiones- conseguían que el público se quedase rendido a sus pies. Afianzó su carrera interpretativa en la serie Periodistas y dio el salto al cine. El accidente, junto a la cantante Ana Torroja, en 2008 casi acaba con todo. Pero sobrevivió y siguió con la misma simpatía desbordante. Un ejemplo como pocos.

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