Cuatro experiencias para descubrir y recorrer la provincia de Burgos

Belorado, Briviesca, Lerma, Medina de Pomar, Salas de los Infantes, Villarcayo y algunas otras poblaciones próximas a la Ribera son los protagonistas de diferentes experiencias que se están llevando a cabo a lo largo y ancho de la provincia de Burgos.

Estos pueblos, prácticamente desconocidos, se han convertido en espacios donde conocer en profundidad la naturaleza de la vida rural, así como su historia, su gastronomía, sus tradiciones y costumbres que heredaron de sus antepasados.

Esto se engloba dentro de 'Burgos Emociona' una iniciativa para reconectar el turismo nacional con el mundo rural burgalés a través de diferentes actividades que permiten adentrarse en la vida local de los pueblos. Un total de 40 planes animan a los visitantes a visitar los pueblos de la provincia de Burgos, permitiéndoles conocer el origen y la autenticidad de estas zonas así como sus artesanías, su historia, los proyectos de sus productores y sus entornos únicos.

Historia pura

La historia y el patrimonio de la provincia de Burgos, así como la de su capital de provincia, es infinita y sorprendente y cuenta con diferentes tradiciones que dejan a los visitantes boquiabiertos. Uno de esos ejemplos ubicado en en Salas de los Infantes es la ruta de las ignitas, un recorrido a través del cuál se pueden descubrir las huellas de los dinosaurios que poblaron esta zona, además de profundizar más sobre esta época en su Museo de los Dinosaurios. O la posibilidad de visitar la guardia real más antigua del mundo que, para sorpresa de muchos, se encuentra en el pueblo de Espinosa de los Monteros.

Disfrutar de la cocina

Conocer de cerca la gastronomía burgalesa es otra de las partes fundamentales de este viaje. Entre los proyectos más llamativos está el de Cerveza Mica, una cerveza artesana que se produce en la zona de Ribera, y en Poza de la Sal los visitantes podrán adentrarse en el mundo de los espirituosos en la Destilería Reino de Castilla.

La apicultura y la ganadería también forman parte de la cultura gastronómica de esta zona, y en Carcedo de Bureba y en Santa Gadea se puede vivir la experiencia de convertirse en apicultor o pastor de cabras por un día, además de aprender a hacer sus quesos. Además de profundizar en la enología de la zona con bodegas emblemáticas de la provincia como Buezo (D.O.P. Arlanza) y otras más desconocidas como Vino Friki.

Naturaleza a flor de piel

El Eco-Parque Balcón de las Merindades, en Puentedey, es una de las escapadas ineludibles para los amantes de la naturaleza. Este espacio natural permite a los visitantes pasear por sendas y parajes únicos además de poder degustar un menú ecológico elaborado con insumos de la zona.

Y, siguiendo con la combinación de naturaleza y gastronomía, los apasionados de los productos con historias singulares deberán acercarse al Valle de Manzanedo, donde el maestro quesero mostrará la elaboración de diferentes quesos en un espacio único.

El trabajo de la cerámica y el cuero

Ahora que la artesanía rural y las tradiciones locales están volviendo a revalorizarse, conocer las tareas que se realizan en Peñaranda de Duero es una parte fundamental de este recorrido. Allí se realizan talleres de cerámica con los artesanos de A Cántaros, quienes enseñan la técnica de la arcilla.

Y para completar el viaje, en Briviesca se puede conocer el trabajo del cuero en Casa Rural 1904 y aprender el oficio de la joyería con Manuela del Campo. Diferentes experiencias muy ligadas a la vida rural y ancestral de estas zonas que permiten entender un poco más sobre la importancia de la recuperación de los usos y costumbres de esta provincia tan desconocida.