Pedro Sánchez ha sido investido de nuevo presidente del Gobierno este jueves en el Congreso de los Diputados tras recibir 179 votos a favor -tres por encima de la mayoría absoluta- y 171 en contra. Por segundo día consecutivo, su mujer, Begoña Gómez, con la que tiene dos hijas, quiso acompañarle en un día tan relevante para él y no pudo evitar emocionarse y llorar cuando ha salido reelegido como presidente.
Junto a Begoña, que volvió a apostar por lucir el color rojo en su ropa como el día anterior en apoyo al partido de su marido, el PSOE; estaba sentada también en el palco de invitados, la madre de Pedro Sánchez, Magdalena Pérez-Castejón, que se crio en el barrio de Vallecas y trabajó como funcionaria de la Seguridad Social casi toda su vida.
Begoña y su suegra han estado en el Congreso en la primera y segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez, escuchando muy atentas sus discursos e intervenciones y aplaudiéndole en todo momento.
La mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, llora tras ser reelegido presidente del Gobierno
Después de haberse realizado la votación y conseguir la mayoría para ser investido, Francina Armengoll, presidenta del Congreso de los Diputados, confirmó que Pedro Sánchez, de 51 años, ha sido reelegido presidente del Gobierno. Nada más pronunciar estas palabas, Sánchez recibió una gran ovación y los aplausos de los miembros de su partido y de los que le han votado. Mientras estos se deleitaban aplaudiendo al presidente del Gobierno, el Partido Popular y Vox abandonaron el hemiciclo.
Mientras tanto, en el palco de invitados la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, de 48 años, y la madre del líder del PSOE, Magdalena Pérez-Castejón, se fundían en un abrazo, mostrando la buena relación que existe entre ellas. Ya son 25 años los que llevan juntos Pedro Sánchez y Begoña Gómez. También se las pudo ver abrazando y besando a otras personas que estaban junto a ellas en las gradas del Congreso.
Tras ser investido Pedro Sánchez, las dos aplaudieron emocionadas y con una amplía sonrisa. A Begoña Gómez se la pudo ver tirando besos, agradecida, y en uno de los momentos, embargada por la emoción, rompió a llorar. Para evitar que le captaran así, se dio media vuelta y se secó las lágrimas.
En este palco en el que estaban sentadas Begoña Gómez y su suegra, es donde también estaba sentada el miércoles, en la primera jornada del debate de investidura, Isabel Díaz Ayuso cuando llamó "hijo de puta" a Pedro Sánchez, en voz baja, después de que este arremetiera contra ella recordando el caso de las mascarillas por el que el hermano fue investigado.
Aunque el equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid acabó admitiendo que Ayuso sí le había llamado "hijo de puta", y que "es lo mínimo que se merece su acusación sin pruebas", este jueves en la Asamblea de Madrid, la presidenta ironizó asegurando que lo que dijo fue "me gusta la fruta".
