Scariolo, la selección española de baloncesto y la teoría de la manta corta

A Sergio Scariolo quizá le traicionase el subconsciente en la sala de prensa del Madrid Arena cuando habló tras el España-Macedonia (94-63) de "un partido de entrenamiento". Así fue: al choque sólo le faltó que algún ayudante del seleccionador transalpino saltase a la cancha para parar la acción y colocar un par de conos.

"Estamos en el punto donde queríamos estar", recalcó sin embargo el de Brescia sobre la preparación, que volvió a ser motivo de debate en cuanto se reparó en que los balcánicos tampoco eran de un nivel a la altura de las circunstancias. Quinto amistoso y España sigue dando la sensación de enfrentarse más a sparrings que a equipos que le vayan a acondicionar realmente para la batalla.

La razón que la Federación Española de Baloncesto esgrime en privado es que "nadie de primer nivel quiere venir a jugar" contra los Pau Gasol y compañía. En público, seleccionador y jugadores torean la cuestión de la falta de exigencia deportiva de la gira, que para más inri no contempla ningún partido fuera de nuestras fronteras. Francia, la gran favorita del EuroBasket, disputará tres lejos de las suyas.

Scariolo detalla un plan de ajuste para compensar la ausencia de Abrines muy poco convincente

Pero los laxos amistosos no son el principal problema de Scariolo. El ex entrenador del Baskonia, que confesó que la baja definitiva de Abrines no le cogió de sorpresa (la lesión en la fascia del jugador del Barça, crónica, le dio ya problemas en el pasado y se los dará en el futuro), detalló en rueda de prensa un plan de ajuste para compensar la ausencia del mallorquín que convenció a pocos.

El italiano afirma, muy generosamente, contar con "nueve jugadores" importantes en la rotación principal, en la que incluye a efectivos con interrogantes en mayor o menor medida como Víctor Claver o Pau Ribas. Su preocupación no parece estar en un puesto de escolta "bien cubierto" según él (Rudy Fernández, Sergio Llull y el propio Ribas), sino en el de 'tres', que se verá afectado por la mudanza forzosa de minutos de Rudy al puesto de 'dos'.

Como aleros, olvidados Dani Díez y Xavi Rabaseda, sólo quedan en esta España un Fernando San Emeterio que se antojará importante y un Víctor Claver señalado por Scariolo como un "magnífico defensor frente a exteriores altos". La realidad es que Claver participará, siendo optimistas, como fuerza de choque en momentos determinadísimos y será Rudy Fernández el que deberá multiplicarse, compaginando roles de alero y escolta durante una minutada en cada partido.

Tampoco deberá descuidarse el base Guillem Vives, que quizá encuentre un hueco inesperado si Sergio Llull se muda frecuentemente al 'dos'. Todo parece indicar que el perímetro habitual del Real Madrid (Rodríguez-Llull-Fernández) terminará los partidos importantes junto en cancha. La duda, pues, estará en un banquillo donde si Scariolo se tapa la cabeza, dejará al descubierto los pies.