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El Madrid, justo campeón de una Liga marciana con un VAR demencial

El Madrid lidera la Liga con un gran Benzema.

El Madrid de Zinedine Zidane ha sido el mejor equipo de esta Liga. Es innegable que es el justo campeón tras treinta y siete jornadas. Cuestión distinta es que el parón de varios meses por el confinamiento restó emoción e importancia a un campeonato que, más que extraño, ha sido marciano.

Decimos marciano sobre todo por la rareza derivada de la pandemia, que ha producido, gracias a los cráneos privilegiados que dirigen el fútbol español, estos últimos partidos sin público que saben como un gintonic sin ginebra. Pero ha habido más cosas fuera de lo común. Esta ha sido la primera Liga con VAR. Y el resultado es francamente decepcionante.

El último ejemplo de lo mal que funciona esta necesaria herramienta llegó en esta penúltima jornada. Otra vez en el partido del campeón. Porque el Madrid ganó, entre otras cosas, gracias a un penalti que se inventó Sergio Ramos y que no corrigió el árbitro ni el sistema que parecía infalible y se ha revelado como deplorable. ¿Cómo es posible que semejante piscinazo fuera señalado como penalti tras ser revisado por los seres que se ocupan del VAR?

En todo caso, esta Liga no se ha decidido por los malos arbitrajes. Con un espléndido Benzema y el citado Ramos tomando las riendas, el equipo blanco ha jugado mejor que el resto, ha sido más regular y ha tenido más acierto en los momentos decisivos. Enhorabuena, por tanto. No ha sido el mejor Madrid de la historia, pero claro, había que ver lo que tenía en frente.   

El Barça casi no ha comparecido desde que se reanudó el torneo. Los azulgranas son ahora mismo un equipo roto, carente de intensidad e ideas, como anonadado, "que deja mucho que desear y que lo intenta y no puede" en palabras del propio Leo Messi este jueves. La decisión de fichar a Quique Setién como entrenador tras el abrupto despido de Ernesto Valverde es el mayor error en años. Un desastre en todos los sentidos. Setién tiene que tener las horas contadas. Y si no las tiene, lo de Bartomeu no tiene nombre.

Aún quedan emociones por arriba y abajo para la última jornada. Es una Liga marciana que importa poco, pero es una Liga. 

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