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Una gran Real recompensa a su afición, que estuvo a las duras y ahora disfruta de las maduras

Por si su superioridad en el juego no fue lo suficientemente manifiesta, la Real derrotó al Olympique de Lyon (0-2) con dos auténticos golazos. El primero, en una media chilena de Griezmann. Un remate y una jugada previa que será difícil de olvidar. El segundo, con un zurdazo lejano y envenenado de Seferovic, un fichaje con rendimiento inmediato: dos goles en dos partidos.

Con alrededor de 4.000 aficionados en las gradas de Gerland, en otra exhibición de incondicionalidad y fidelidad por parte de la hinchada txuriurdin, el equipo dirigido por Jagoba Arrasate dio un paso de gigante en su soñado y, visto lo visto, merecido viaje hacia la Liga de Campeones. El miércoles de la semana próxima, Anoeta aguarda impaciente el partido de vuelta y sólo una catástrofe puede evitar la clasificación de los donostiarras.

Siempre mejor colocada y con mucho más criterio a la hora de jugar el balón, la Real fue más y mejor equipo que un Lyon venido a menos. Con Zurutuza y Xabi Prieto a los mandos y Markel Bergara como soporte defensivo en lugar de Elustondo y en ausencia del 'fugado' Illarramendi, el ataque formado por Vela, Griezmann y Seferovic fue un permanente quebradero de cabeza para la zaga francesa. La jugada del primer gol fue sencillamente magistral.

Mención especial merece la actuación de Claudio Bravo. El guardameta chileno no intervino mucho, aunque sí de manera decisiva en dos ocasiones: un tiro de Gourcuff y en una buena salida. Con Cadamuro formando pareja de centrales con Iñigo Martínez y Carlos Martínez y De la Bella en los laterales, la Real apenas pasó apuros en defensa. Las dos que desbarató Bravo y un cabezazo al travesaño de Gonalons.

A la hora de partido, Arrasate hizo debutar a Granero, que entró en sustitución de Seferovic. Después, el Chory Castro hizo lo propio con el otro goleador, Griezmann, quien se reivindicó ante una afición de la que en su niñez formó parte. Si el gol del francés puso Gerland en pie, el de Seferovic nada más iniciarse la segunda parte lo puso patas arriba.

La expulsión de Bisevac, provocada una vez más por Vela, dio al traste con las pretensiones del OL de meterse en el partido y en la eliminatoria. De hecho, la Real aún pudo ampliar su ventaja en una gran acción de Rubén Pardo dentro del área. El riojano había entrado unos minutos antes en el campo por Zurutuza. Al igual que hiciera ante el Getafe en Liga (2-0), Jagoba Arrasate movió con sentido el banquillo y remató su gran planteamiento.

Lo dijo el técnico del OL, Rémi Garde: "El comentario es simple, la victoria de la Real es merecida, han hecho un gran partido y ha sido mejor. A falta del partido de vuelta, la Real demostró en Lyon que merece estar en la Liga de Campeones y todo lo que ello conlleva. No sólo desde el punto de vista económico y deportivo, sino también de prestigio y, lo más importante, de orgullo para una afición que estuvo a las duras y ahora disfruta de las maduras.

Ficha técnica:

0 - Olympique Lyon: A. Lopes; Miguel Lopes, Bisevac, Fofana, Bedimo; Gonalons, Malbranque (Bahlouli, m.57); Grenier, Benzia (Danic, m. 57), Gourcuff; y Lacazette.

2 - Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Cadamuro, Iñigo Martínez, De la Bella; Markel Bergara, Zurutuza (Rubén Pardo, m.80), Xabi Prieto; Vela, Seferovic (Granero, m.62) y Griezmann (Chory Castro, m.69).

Goles: 0-1, m.17: Griezmann. 1-1, m.50: Seferovic.

Árbitro: Milorad Mazid (Serbia). Expulsó por doble amonestación a Bisevac en el minuto 74. También mostró tarjetas amarillas a Miguel Lopes, Iñigo Martínez, Chory Castro, Xabi Prieto y Zurutuza.

Incidencias: Primer partido de la eliminatoria previa de acceso a la fase de grupos de la Liga de Campeones, disputado en el estadio de Gerland ante 35.000 espectadores, con cerca de 4.000 seguidores de la Real.

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