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Alberto Abalde y Juancho Hernangómez: el futuro de la selección española de baloncesto que también es el presente

Juancho (izquierda) y Alberto, con Sergio Scariolo.

En el último de los dos amistosos consecutivos contra Macedonia, cuando menos oportuno parecía, la España de Scariolo se llevó un susto. No en lo puramente deportivo, donde un espectacular Pau Gasol apabulló a los balcánicos, sino en lo referente a la enfermería. Pau Ribas y Víctor Claver se retiraban lesionados, aunque las resonancias magnéticas posteriores arrojaban resultados tranquilizadores: las dolencias no pasaban de un 'bocadillo' y una simple contusión, respectivamente.

La noticia, amarga por un momento, dio paso a una más amable. Acuciado en los entrenamientos por el contratiempo de Ribas y Claver, el seleccionado optó por citar a dos nombres que el aficionado casual haría bien en ir apuntando: Juancho Hernangómez y Alberto Abalde. Las grandes joyas de la corona de la generación del 95 (junto al culé Marc García) pasarían a engrosar los entrenamientos de la Absoluta para que la merma de hombres no afectase a los ejercicios del grupo.

El apellido del primero es conocido por casi todos. Juancho, efectivamente, es el hermano menor de Willy Hernangómez. El mediano, a decir verdad, porque la benjamina, Andrea, hará ruido dentro de no demasiado (este mismo verano ya ha sido convocada por la selección española femenina Sub-15). Los tres son vástagos de genética baloncestística: sus padres son el ex ACB Guillermo Hernangómez y la ilustre Margarita Geuer, oro europeo en Perugia en 1993.

Juancho ya sabe lo que es enfrentarse a su hermano, año y medio mayor que él, en un partido de la Liga Endesa. Sus carreras han ido en paralelo hacia la élite, y mientras a Willy el Real Madrid le pescaba del CB Las Rozas, a su hermano el Estudiantes lo hacía procedente del CB Majadahonda. En el equipo del Ramiro de Maeztu, Juan Alberto (eso reza su DNI) ha sido uno más en la primera plantilla esta pasada temporada. En el partido que cerraba la liga regular, por ejemplo, se fue hasta los 11 puntos, 6 rebotes y 16 de valoración frente al Herbalife Gran Canaria.

En órbita federativa, Hernangómez, como su hermano, ha sido un habitual de las convocatorias de España en categorías inferiores. El momento más destacado con la casaca roja de este alero de 2'04 con versatilidad y buena muñeca fue quizá el triple frisando la bocina que le dio a la Sub-18 un bronce épico en el Europeo de Letonia.

Allí, en Riga, también vestía de corto Alberto Abalde. Su linaje está igualmente ligado a la pelota naranja: el patriarca fue un clásico de los equipos gallegos ACB en los ochenta y su hermana Tamara, jugadora profesional, ha llegado a ser internacional. A él, nacido en La Coruña, le captó el Joventut en los Maristas de Vigo y pulió su talento hasta hacerle debutar en la Liga Endesa.

Escolta-alero de dos metros que puede actuar incluso como base, Abalde ha llegado esta temporada a disputar minutos de enjundia en la eliminatoria de playoffs que enfrentó a la Penya nada menos que contra el Barça. La firme política de cantera de los verdinegros favorece que le podamos ver con asiduidad sobre el parquet con el primer equipo.

Los dos, Juancho y Alberto, son futuro pero también son presente. Los técnicos de la FEB, locos por ellos, les pormenorizan en su radar y ambos responden con su buen rendimiento. Este mismo verano han sido subcampeones de Europa Sub-20 en Italia, sólo superados ya en la final por la Serbia de Marko Guduric y Nikola Rebic. Hernangómez, además, fue incluido en el Quinteto Ideal del torneo. Hay método en esa locura.

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