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La final de Copa vuelve a retratar a los dirigentes del fútbol español

"El Madrid estaba en la final y nosotros estábamos obligados a estarlo. No podíamos faltar a esa cita". Así resumió el Tata Martino en la sala de prensa de Anoeta la clasificación del Barça para la final de Copa del Rey. Una final que, como todos los años, aún no se sabe dónde ni cuándo ni a qué hora se jugará. Al igual que sucede en la Liga, donde el calendario es caótico, los partidos se programan al capricho del operador de televisión y muchos horarios son infernales para los aficionados, el principal problema de la Copa vuelve a ser la incapacidad -o quién sabe si la vaguería- de los responsables de organizarla. Mientras en otros países, como Inglaterra o Alemania, la Copa se disputa a partido único y con sorteos puros después de cada ronda, en España se hace todo lo posible para que los dos grandes protagonicen la final.   

Basta con escuchar al secretario general de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Jorge Pérez, para comprender por qué año tras año la Copa es todo un ejemplo de improvisación. "Mañana jueves convocaré a los clubes para este viernes o para el lunes o martes de la semana que viene y ya consensuaremos con ellos el lugar de la final", dijo en el programa 'El partido de las 12' de la Cadena COPE. "Con casi toda seguridad la final se disputará en Mestalla", confirmó, aunque lo mejor fueron sus explicaciones: "Primero escucharemos las proposiciones y, si nadie dice nada, tomaremos la decisión".

Pérez fue preguntado sobre por qué no se fija el estadio de la final antes de que comience la temporada y su respuesta volvió a ser muy reveladora: "Tenemos la peculiaridades que tenemos. Es complicado porque en España hay cinco o seis estadios de más de 50.000 espectadores y que coinciden con los que llegan habitualmente a la final. Si obligamos a uno a jugar en su estadio luego va a ser muy complicado organizar ese partido en ese estadio que no quiere acogernos con el personal de ese club, no es tan fácil como se ve".

Sobre la fecha, prevista en principio para el sábado 19 de abril, Jorge Pérez volvió a demostrar la informalidad en la que se mueve el fútbol español. "Inamovible no hay nada en la vida. Si nos lo proponen, lo analizaremos, y, si no hay ningún otro problema, se puede modificar. El viernes es una buena noche también. Estamos poniendo las finales en sábado y alguna en viernes para que la gente no tenga que regresar apresuradamente a sus lugares de origen", aseguró. Lo cierto es que la final podría adelantarse al 18 de abril, si así lo propusieran los dos clubes para poder preparar mejor unas hipotéticas semifinales de la Liga de Campeones. Nada nuevo.

Según se vaya acercando la fecha de la final empezará otro de los asuntos que casi nunca pueden faltar en una final de Copa: el himno. Tal y como ha sucedido en los últimos años, y a la espera de conocer si el Rey la preside o es el Príncipe quien ocupa su lugar, a buen seguro que habrá polémica sobre el hecho de que la afición del Barcelona pite el himno de España que sonará antes de la final.

Por cierto, y cambiando radicalmente de asunto, Jorge Pérez dijo sobre el posible indulto al Racing de Santander por su incomparecencia en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey ante la Real Sociedad, que éste se decidirá y estudiará en la "soberana" Asamblea federativa. Cabe recordar que el Juez de Competición de la RFEF castigó el pasado 31 de enero "la incomparecencia por retirada colectiva del terreno de juego" del conjunto cántabro con la prohibición de disputar la próxima edición del torneo y una multa de 3.006 euros.

"La Asamblea es soberana y si se puede decidir y estudiar es allí. Ojalá sea porque España ha ganado el Mundial", aseguró Pérez, en relación a la amnistía que da Ángel María Villar por un título, aunque confirmó que el indulto "también lo puede proponer" la propia RFEF. La pregunta es: ¿y por qué no lo hacen? Lo dicho, más que incompetencia, vaguería.

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