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Y todavía hay obtusos que niegan el racismo en España: "Oí gritos de mono y me puse a bailar como un mono"

Lo malo no es asistir al enésimo capítulo de racismo en un campo de fútbol. Lo realmente preocupante es leer las opiniones y comentarios de quienes se empeñan en minimizar, incluso negar la existencia de tan deleznable práctica en España.

El penúltimo afectado ha sido Diop, jugador negro del Levante, este domingo en el estadio Ciudad de Valencia. Lo contó él: "El tema me ha afectado mucho. Iba a sacar un córner y parte de la afición del Atlético empezó a hacer gritos de mono. Para quitarle importancia, me puse a bailar como un mono, pero yo no insulté a nadie".

"No tengo nada contra la afición del Atlético porque sólo ha sido una parte la que ha gritado. Me parece una falta de respeto y una provocación que se produce en todos los campos", añadió.

El centrocampista senegalés, pese a todo, siguió intentando quitarle hierro al asunto: "No sé si se le puede llamar racismo, pero hay que acabar ya con los gritos de mono".

Y para acabar con esos gritos, con el lanzamiento de plátanos y demás manifestaciones de racismo execrable en los campos lo primero que debería haber es más solidaridad y firrmeza en la postura de los propios futbolistas.

Porque, por ejemplo, varios jugadores del Atlético, en vez de recriminar la actitud de ese grupo de aficionados rojiblancos que vejó a Diop, corrieron a afearle el baile al jugador senegalés.

Sólo Diego Costa fue consciente de lo que de verdad estaba sucediendo y, a la vez que intentaba calmar a Diop con gesto cariñoso, pidió varias veces a la grada atlética que cesase en su actitud.

Los gestos de rabia e impotencia de Diop mientras se alejaba de la esquina consolado por Diego Costa deberían hacer reflexionar a los cafres que se comportan como tales en los estadios españoles y a los obstusos que siguen negando que en en el fútbol español exista racismo.

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