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"Ni a los etarras ni a nadie de esa calaña les han dedicado tantas portadas como a mí"

El ex director ciclista Manolo Saiz, recientemente absuelto en el juicio de la Operación Puerto, ha asegurado que "hay dopaje en el ciclismo, pero también en el atletismo, el fútbol o el tenis" ya que el deporte de la bicicleta es "es exactamente igual que el resto de deportes y de la sociedad", al tiempo que no ha descartado su vuelta en un futuro pese a que, tras siete años de periplo judicial, se siente "más triste, apagado, pensativo, inseguro y muchísimas otras cosas".

"Siempre digo lo mismo y a la gente le cuesta creerlo. El mundo del ciclismo es exactamente igual que el resto de deportes y de la sociedad. Hay cosas paralelas, en el deporte se llama dopaje y en la política, corrupción. Toda la sociedad tiene cosas que corregir. Hay dopaje en el ciclismo, pero también en el atletismo, en el fútbol, en el tenis... Siempre puede haber casos aislados, pero hablamos de un uno por ciento sobre miles de controles que se hacen. Hay mucha más gente buena que mala", señaló Saiz en una entrevista a RNE.

El ex director resultó absuelto el pasado 30 de abril en la sentencia de la Operación Puerto al igual que Vicente Belda y Yolanda Fuentes, mientras que Eufemiano Fuentes fue condenado a un año de cárcel y José Ignacio Labarta, a cuatro meses, cerrando por el momento un caso que se inició en mayo de 2006.

"Nadie te puede devolver lo que te han quitado, robado y estafado, así que lo mejor es olvidar y ya está", pidió Sainz, que explicó cómo le ha cambiado la Operación Puerto. "Se vive muy mal porque dejas de ser tú mismo. Tú sabes hacer muy bien una cosa y te apartar voluntariamente además de eso para que se sepa la verdad. Como es tan largo, solo encuentras apoyo en la familia, pero no eres el mismo Manolo que antes. Soy mucho más triste, apagado, pensativo, inseguro y muchísimas otras cosas", enumeró.

Todo se inició hace siete años, cuando Saiz fue detenido recibiendo un trato mediático que lamenta profundamente. "Tuve cinco portadas en 'El País'. No creo que ni los etarras ni nadie de esta calaña, ahora que hay tantas estafas y corrupción política, le dediquen este espacio. Ha sido muy mediático, hay que aceptarlo y saber pasar página", reiteró.

El día que se anunció la sentencia, Saiz se personó en los Juzgados de lo Penal de Madrid y denunció la ausencia de otros protagonistas. "Me cuesta entender que haya otras personas que hayan estado los dos meses y medio de juicio intentando hacer presión y que ese día no fuesen incapaces de atender a la prensa por no saber lo que decir. A los imputados les puedo entender, pero durante el juicio ha habido otros estamentos que han ido a diario y no acudieron. Eso me dice mucho de su profesionalidad", lamentó sin citar nombres.

El cántabro volvió a negar que durante su etapa al frente de los equipos ONCE y Liberty ningún ciclista suyo su dopara. En este sentido, recordó que "los años noventa atrajeron a los médicos al mundo del ciclismo", pero defendió que los galenos "sabían dónde estaba la frontera" y que su labor se limitaba a "cuidar en todo momento la salud del ciclismo".

"Nosotros teníamos la fórmula 'TDM': trabajo, disciplina y mentalización. El minero baja a la mina todos los días y nos preguntamos cómo lo puede hacer o hay gente que sale a trabajar a las 7 de la mañana y vuelve a casa 18 horas después. Todo es mentalizarse", reclamó.

Respecto a su futuro, Saiz dejó una puerta abierta a su retorno. "Durante este periodo de siete años he pasado por momentos en los que no quería ver ni una carrera. Luego ya empecé a verlas y ahora tengo que esperar, ver si hay alguna posibilidad. Los triunfos de Contador, que era un corredor formado por nosotros, no podía verlos", reveló.

Así, apuntó que en 2006, cuando estalló la Operación Puerto, ya planeaba cambiar sus funciones. "Si vuelvo al mundo del ciclismo será para coordinar a un equipo como mánager. No sé si tengo puertas abiertas, aún ha pasado muy poco tiempo y todo el mundo estará analizando las cosas. Mi abogado dice que la sentencia es hipercontundente y no deja el mínimo lugar a la duda. Los directivos tienen que saber que también han cometido errores y deben pagarlos", zanjó.

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