Zinedine Zidane tiene los días contados. Florentino Pérez ha iniciado un casting para decidir el entrenador de la próxima temporada, después de desenamorarse de un Zidane que no ha convencido tras la derrota encajada en el derbi ante el Atlético y los empates cosechados en Málaga y en el campo del Betis. El francés no ha conseguido cambiar la dinámica del equipo y el presidente ha comenzado a sondear el mercado de cara a la próxima temporada. Sin embargo, hay una duda que asalta a un Florentino temeroso en estos tiempos difíciles: el coste personal que puede suponer el despido de una figura del madridismo como Zidane.

Varios miembros de la Junta Directiva le han advertido que esa decisión puede caer como una bomba entre la afición y que no será nada popular en el vestuario. Como no lo fue el pasado verano prescindir de Carlo Ancelotti. Los jugadores se manifestaron públicamente en contra de la decisión de Pérez y se solidarizaron con el técnico italiano, con quien empatizaron todos. Ahora, tras fallar con la elección de Rafa Benítez, al que el vestuario ha dado la espalda, Florentino decidió quemar la bala de Zidane. Y es eso lo que ha pasado. Zidane ha ascendido desde el Castilla a un Real Madrid a la deriva, en la que el entrenador tiene poco margen de maniobra para cambiar la dinámica de una plantilla descompensada y muy lastrada por las lesiones, lo que ha hecho explotar uan guerra entre el vestuario y los despachos por culpa del doctor Olmos. 

Florentino está tan desorientado que se debate entre elegir al sustituto de Zidane o salir a respaldar al francés públicamente, gesto que ha perdido la credibilidad tras ver cómo ratificaba a Ancelotti y Benítez para despedirlos luego

Florentino está tan desorientado que se debate entre elegir el nombre del sustituto de Zidane o salir a respaldarlo públicamente, gesto que ha perdido toda la credibilidad tras ver cómo ratificaba a Ancelotti y Benítez para despedirlos semanas después. Mientras resuelve el dilema, Florentino ha dado orden de sondear el mercado para ver la disponibilidad de diferentes técnicos. El primero al que ha consultado, una vez más, es al alemán Joachim Löw. Como informó Vozpópuli en mayo del año pasado, el alemán postergó cualquier posibilidad de negocación hasta el verano de 2016, después de la Eurocopa. Algo que llevó al dirigente a poner un parche, con la persona de Rafa Benítez. En esta ocasión no ha habido enciuentro entre Florentino y Löw, una llamada al alemán ha bastado para comprobar que la situación es la misma. 

Posteriormente el Real Madrid ha tanteado a otros entrenadores que actualmente militan en otras ligas. Uno de ellos es Massimiliano Allegri, el actual entrenador de la Juventus. Informa La Gazzetta dello Sport que Florentino habría pedido informes a Adriano Galiani, dirigente del Milan, donde el técnico estuvo entre 2011 y 2014. Las buenas referencias habrían animado a Pérez a tantear esta opción. El problema es que Allegri tiene contrato con la Juve hasta 2017 y negocia una mejora que llegaría además con una extensión del contrato hasta 2018. Otro de los técnicos que están en la agenda del presidente es Mauricio Pochettino, actual entrenador del Tottenham, que conoce bien la Liga y está realizando un magnífico papel en los spurs, a los que tiene metidos en la pelea por la Premier. 

El último nombre que ha sonado es el de Ernesto Valverde, actual entrenador del Athletic. Un entrenador con una imagen magnífica, que ha demostrado su capacidad en un equipo como el Athletic y que siempre ha estado en la agenda del Barcelona para suplir la marcha de Guardiola. Valverde, que queda libre este verano, ha sido preguntado al respecto, pero ha preferido evitar pronunciarse sobre el interés de los blancos: "Mi equipo es el Athletic". Su manejo del vestuario y su buena imagen convencen a un Florentino que ya lo incluyo en la lista para suplir a Ancelotti el pasado verano.