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Casillas y Del Bosque firman un final digno de Mourinho

Del bosque y Casillas, en el banquillo español durante la Eurocopa.

El gran error de Vicente del Bosque fue, probablemente, convocar a Iker Casillas para la Eurocopa de Francia. El de Móstoles no ha completado un buen año y sus escasos méritos en el Oporto evidenciaban que no era candidato a la titularidad en la portería de la Selección. Sin embargo, Del Bosque actuó como suele, apoyando a uno de sus pilares en los éxitos de la Roja. Una decisión controvertida, pero no menos discutible que la convocatoria del canario Pedro o incluso que la del catalán Cesc Fábregas. Ninguno de los tres se había ganado la inclusión en la lista por el trabajo con sus clubes, pero aún les restaba crédito acumulado por su sus méritos previos. 

El ambiente comenzó enrarecido al implicarse a David de Gea en un escándalo sexual en el que también aparecía la figura del productor pornográfico Torbe. De Gea se explicó antes sus compañeros, Del Bosque dio por buenas las explicaciones y el seleccionador actuó con su naturalidad habitual, tratando de proteger al guardameta. Iker, lejos de aprovechar el río revuelto, se comportó con corrección respaldando al meta del United. Casillas encajó deportivamente su rol de suplente, salvo por un detalle: su trato con los técnicos había cambiado. Como confesó Del Bosque en los micrófonos de El Larguero en la despedida de José Ramón de la Morena, "Iker con los compañeros ha estado bien, correcto, pero con el cuerpo técnico así, así. Por eso al único que no le he mandado un mensaje ha sido a Casillas. Me sabe mal su comportamiento conmigo, pero también por Javier Miñano (preparador físico) o Toni Grande (segundo entrenador). Con el resto ha sido perfecto. El enfado ha sido con nosotros". 

Iker con los compañeros ha estado bien, correcto, pero con el cuerpo técnico así, así. Por eso al único que no le he mandado un mensaje ha sido a Casillas. Me sabe mal su comportamiento conmigo, pero también por Javier Miñano o Toni Grande"

El ambiente estaba tenso por unas explosivas declaraciones de Pedro la mañana antes del partido ante Croacia. El canario sorprendió a todos con una 'rajada' en toda regla ante los micrófonos de Movistar +: "Tenía otras expectativas cuando llegué aquí, pero no se están cumpliendo como yo deseaba. Para mí es difícil asumir este papel. Si no veo continuidad no merece la pena seguir viniendo aquí para hacer grupo y estar con los compañeros". La bomba estalló en la concentración por más que Del Bosque trató de amortiguarla con su diplomacia habitual. El jugador matizó las declaraciones ante la prensa, pero sus palabras no cayeron bien en el grupo, hasta el punto que los capitanes le llamaron la atención y el jugador se disculpó ante el grupo. 

El enfado del canario contrastaba con un Casillas animado de cara al partido ante Croacia. La Selección ya estaba clasificada y el modus operandi de Del Bosque invitaba a pensar que daría la oportunidad a los menos habituales, entre ellos a Iker. El portero elevó su ritmo de entrenamiento, algo que fue celebrado por los técnicos ("Hacía mucho tiempo que no veíamos a Casillas entrenar tan bien"), lo que provocó que el de Mostóles advirtiese a su entorno que tenía la intuición de que sería titular ante los croatas.

Sin embargo, Del Bosque repitió el equipo de las jornadas anteriores, lo que no le sirvió para conquistar el lideraro y caer al lado cómodo del cuadro. El malestar de la derrota se unió al enfado de Casillas, quien mantenía la cordialidad con los compañeros, pero había roto el contacto con Vicente y sus ayudantes. Además, el portero no escondía su complicidad con María José Claramunt, directora de la Selección y persona de confianza de Padrón, que viaja empotrada en el equipo y que levanta muchos recelos entre el cuerpo técnico. 

Después de la eliminación ante Italia, Del Bosque accedió a ser entrevistado en varias radios para confirmar su marcha de la Selección. Pero fue en la cadena SER, en el programa de despedida de De la Morena, donde Vicente no escondió el triste final de su relación con Iker Casillas, al que conoce desde que tenía 9 años, cuando llegó a la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Este es el desenlace de una historia que no ha soportado el inexorable paso del tiempo y la pérdida de competitividad del guardameta. Iker cree que no merecía este final, pero Del Bosque se ha limitado a ser coherente con su forma de actuar. Nunca ha dado explicaciones a un jugador, ni cuando jugaba ni cuando no lo hacía. Le ocurrió a Fernando Torres, que no escondió su malestar por ello, a Álvaro Arbeloa, que lamentó la falta de tacto del seleccionador, y a Diego López, quien cargó contra el técnico por proteger a Casillas. 

Casillas esperaba ser titular ante Croacia y así se lo comunicó a su entorno. Pero pese a estar ya clasificados, Del Bosque apostó por repetir el once e Iker retiró la palabra al cuerpo técnico

Pero nadie esperaba este final entre Vicente e Iker, digno del Mourinho más truculento. Deja en mal lugar a un Casillas que no ha estado a la altura de su suplencia y destapa el lado 'vengativo' de un Del Bosque que no ha ganado nada contando que Iker fue el único del que no se despidió. Carnaza para un periodismo deportivo más pendiente de sacar punta a los conflictos que de analizar lo que ocurre dentro del campo. Del Bosque y Casillas escriben un lastimoso epitafio para la Selección más exitosa de la historia del fútbol español y europeo, la España del tiqui-taca, que ha pasado de firmar un triste final a protagonizar un grosero desenlace que aún no ha escrito su último capítulo.    

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