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¿Qué hubiera pasado si a Javi Martínez lo ponen de 9 Clemente o Mourinho?

Vicente del Bosque sorprendió a todos con su último cambio en las semifinales de la Copa Confederaciones ante Italia. A los cuatro minutos de la prórroga, el técnico salmantino dio entrada a Javi Martínez de delantero centro en sustitución de Fernando Torres. La decisión del seleccionador español es respetable, faltaría más. Pero también debatible, faltaría menos.

Lo curioso es que su sorprendente decisión fue defendida desde el minuto uno por muchos de quienes de haberla tomado entrenadores como Clemente o Mourinho, habrían puesto el grito en el cielo. Sin ir más lejos, Scorali sustituyó a Neymar por Dante ante Uruguay y le cayeron unos cuantos palos de quienes consideraron una genialidad ver a Javi Martínez de ariete.

A diferencia del propio Vicente, que nunca tiene reparos en reconocer sus errores y encaja las críticas con una entereza digna de elogio, hay algunos que son más 'delbosquistas' que Del Bosque y lo único que hacen es ponerse a la altura de ese 'clementismo' o 'mourinhismo' que tanto detestan. Son los efectos secundarios de la crítica basada en el quién lo hace y no en lo que hace. Es decir, que criticar o elogiar esté directamente relacionado con la enemistad o la amistad y no con una argumentación coherente. 

"Ha sido una decisión muy fácil. No podíamos perder altura porque estábamos sufriendo mucho a balón parado", explicó Del Bosque. "Nos ha dado esfuerzo, generosidad y juego de área a área. Cuando le dije que jugaría en esa posición, estaba encantado y ha salido con optimismo y la vitalidad necesaria para un futbolista", añadió el seleccionador. La argumentación de Vicente será más o menos convincente, pero es la que dio, aunque al 'delbosquismo' no le hizo falta ni escucharla.  

Normal que Javi Martínez fuera el centro de las bromas de sus compañeros. "¡Vamos, nueve!", le dijo Albiol cuando pasaba a su lado mientras atendía a los medios. "Ahora ya tenemos uno más para el debate del nueve", bromeó Fernando Torres con una sonrisa pícara y guiñándole un ojo. "Sólo me habían puesto ahí cuando era pequeño y destacaba en el pueblo. Me veían el mejor y me ponían de delantero para que marcase goles", recordó Javi. Entonces tenía 8 años y jugaba en Ayegi. "En el Athletic me tocó jugar de media punta y de extremo. Tenía que aguantar a Gurpegui que siempre me decía que mi posición era media punta defensivo", bromeó.

Resulta muy revelador cómo algunos narradores o comentaristas no tienen ningún problema en renegar de ese estilo del que tanto presumen y, angustiados por el resultado, apelan al "ganar como sea". Y es que, no nos engañemos: que España guste es la consecuencia de que gana, cuando en realidad ganar es casi siempre la consecuencia de jugar mejor que el rival. España no lo hizo ante Italia, pero ganó. Y eso es lo único que no se les puede rebatir a los 'clementintas' y los 'mourinhista'. Bueno, y, visto lo visto, a los 'delbosquistas', tampoco.

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