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Las 28 razones por las que el caído Valencia Basket ha sido la envidia de Europa

Guillem Vives trata de encestar.

Y la apisonadora taronja se caló. Acabó una racha legendaria quizá en un tramo inesperado, a manos de un Limoges cuyo pasado (campeón de Europa en 1993) impone más que su presente. Los galos, eliminados a las primeras de cambio en la presente Euroliga, aterrizaron de rebote en la Eurocup y allí, en la segunda competición continental, cruzaron su camino con el Valencia Basket, al que acribillaron desde más allá del arco (72-92).

Fin a veintiocho partidos de dictadura naranja, en los que han caído a la cuneta equipos de todo pelaje. El único plantel del Viejo Continente invicto a estas alturas de curso, eso sí, podrá seguir engordando su récord en la competición doméstica, donde presenta un impecable 16-0 (segundo mejor arranque de la historia de la ACB) que perseguirá aumentar frente al Barcelona Lassa este fin de semana. ¿Qué hay detrás de esta concatenación histórica? Veintiocho apuntes, uno por cada partido que el conjunto de Pedro Martínez salvó sin perder, explican esta hombrada.

1) Cultura del esfuerzo. No es sólo el eslogan que decora sus equipaciones.

2) Equipo coral. La rotación es profundísima: todos defienden; todos pueden ser protagonistas en ataque.

3) Justin Hamilton. El más valorado del equipo en Liga Endesa y Eurocup. Absolutamente diferencial.

4) La madurez de Guillem Vives.

5) Versatilidad. Muchos jugadores polivalentes.

6) Pedro Martínez. Un técnico que puede pasar de luchar por la permanencia a ser el timonel de un grande con igual solvencia.

7) Acierto en los fichajes. Con ningún nombre se ha pinchado en hueso.

8) Rafa Martínez se niega a envejecer.

9) El arma del triple. En muchos encuentros, la mitad de los tiros naranjas volaban desde el perímetro.

10) El crecimiento de Bojan Dubljevic. El montenegrino es ya una estrella FIBA.

11) La Fonteta. Y una afición que empieza a creer, como la vitoriana o la malagueña tiempo atrás, que se puede tumbar a Real Madrid y Barcelona.

12) Luke Sikma. Rebotear, defender, asistir... El gran tapado, rey del trabajo oscuro.

13) La barba de John Shurna: su crecimiento marcaba el camino.

14) Una mentalidad ganadora que les sirvió para levantar partidos peliagudos como los de Tenerife, Ulm o Venecia.

15) La profesionalidad de Jon Stefansson, que pasó de temporero a fijo.

16) El déjà vu de Antoine Diot, recordando a la estrella adolescente que fue.

17) La rodilla de Sam Van Rossom, que tuvo el detalle de no romperse. En breve, de vuelta.

18) Cuando son capaces de subir el nivel defensivo, parciales letales.

19) Fernando San Emeterio, eterno secundario de lujo.

20) El equipo pierde, por lo general, muy pocos balones.

21) La circulación de balón. Les llaman cariñosamente 'Los Warriors del Turia', pero comparten la bola como si fuesen los Spurs.

22) Juan Roig, el paciente mecenas.

23) Carles Duran, un primer entrenador que supo dar un paso atrás para volver a ser un valioso asistente.

24) El despecho contra la Euroliga. Valencia reclama jugar entre los grandes.

25) Partido a partido. El vestuario trabaja sin mirar más allá del próximo esfuerzo.

26) Jordi Trias, todo un MVP de la Copa del Rey consagrado a ser obrero.

27) Los muelles de Vladimir Lucic.

28) La experiencia de Romain Sato.

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