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Cuatro grandes campeones de la ACB lucharán por la final de Copa

Rudy Fernández, durante el partido.

Pasó la primera ronda, quedan tres partidos en la Copa, tres encuentros por un título. Por un lado, el Barcelona se enfrentará al primer cabeza de serie, el sorprendente Unicaja de Joan Plaza. Es difícil nombrar un favorito, porque la liga señala a los andaluces, pero muchos otros factores indican que el Barça tiene las de ganar.

Cuesta pensar en una final sin el equipo de Xavi Pascual porque en el último lustro nunca se han quedado en una ronda anterior y en tres ocasiones se llevaron el gato al agua. Su entrenador es un tremendo estratega, muy capaz de hacer una guerra de guerrillas con una plantilla de diamantes y con eso jugará una vez más, se puede esperar cualquier emboscada de un equipo que, en cualquier caso, es muy grande.

Enfrente tendrá Unicaja, que tiene el pasado más reciente como mejor baza. Es también un equipo muy bien dirigido, compensado y con profundidad de plantilla suficiente para plantar cara. No valdrá la asfixia con los andaluces, no se cansarán porque tienen recursos suficientes para lo que sea. Es, sin duda, el partido de la jornada, la mejor semifinal posible por su incierto resultado y sus posibles desarrollos. Apasionante.

En el otro lado del cuadro el favorito es mucho más claro, tiene que ser el Real Madrid. Su liga ha sido dubitativa, pero desde hace unas cuantas semanas ha cogido velocidad de crucero. Su plantilla es eminentemente superior a la de otro histórico, el Joventut, que lleva años de depresión y ahora, que ha cogido una buena racha, quiere volver a las alegrías de antaño. En 2008 fue su última gran  victoria, en Copa y con Rudy de estrella. Hoy el balear estará en el equipo contrario.

El Madrid venció sin muchas dificultades al CAI en cuartos. Era lo esperado, trabas en el inicio y soltura en la segunda mitad. Los equipos más grandes tienen la ventaja de una rotación interminable, de esas que permiten a todos sus hombres siempre estar descansados en contraste con el rival.

En cuanto al Joventut, hizo buena la leyenda que dice que en la Copa el anfitrión suele perder por los nervios. Fue un partido con muchos cambios de ritmo, los locales dieron todo para mantenerse a tono, pero no fue posible. El Joventut, que impulsado por el veterano Sergi Vidal, terminó por encima (67-72). 

Serán unas semifinales de muchos quilates, no es tan habitual que los cuatro equipos que aspiran al trono copero hayan sido previamente tanto campeones de Liga como de Copa. Eso es lo que se da este año

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