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Martino no engaña a nadie, es Rosell quien engañó al Barça con su fichaje

Con los resultados en la mano, nada se le puede reprochar al Tata Martino en sus primeros meses como entrenador del Barcelona. Su equipo permanece invicto. Ganó la Supercopa, sin perder ninguno de los dos partidos contra el Atlético, aunque tampoco ganara ninguno. En Liga, suma 13 victorias y un sólo empate, con 42 goles a favor y 8 en contra. En Champions, 3 victorias y un empate, con 9 goles a favor y 2 en contra. Además, su talante hasta la fecha también es irreprochable. Nada que objetar.

Claro que quienes defienden la labor del técnico argentino amparándose sólo en los resultados, deberían abstenerse de entrar en otros debates que, en vista de que son incapaces de entenderlos, al menos deberían respetar. Dice Martino que "el Barcelona tiene un compromiso con la estética" y que "tiene que sobrellevar ese peso en cada partido". Es decir, que el Tata comete ese error tan habitual de confundir jugar bien con jugar bonito. Lindo, que diría él.

Sin embargo, si por algo destacó y fue admirado el equipo de Guardiola -cuyos resultados fueron, por cierto, insuperables- no fue por jugar "lindo", sino por ejecutar prácticamente a la perfección el modelo de juego del Barcelona. Un modelo del que los azulgranas ya empezaron a distanciarse en la última temporada de Pep. Distanciamiento que se acrecentó con Tito y Roura y que definitivamente con Martino está mutando hacia otra cosa, por más que los cambios se quieran vender como variantes.

El debate es futbolístico, no apto para resultadistas, y es curioso ver cómo muchos de los que presumían de la excelencia del Barça, la releguen ahora a un segundo plano porque el Barça del Tata no deja de ganar. Mientras algún distraído como Alves pretende atribuir el debate a la llamada 'caverna mediática', lo cierto es que donde Martino es bombardeado a preguntas referentes a este asunto es en la sala de prensa del Camp Nou. El argentino se defiende como gato panza arriba: "Quizás tengo una mirada sobre lo lindo más variada que la de ustedes. Me parece lindo lo que tiene 20 toques y lo que tiene tres. Seguimos trabajando para lograr que la gente se divierta y creo que la gente se divierte mucho más de lo que ustedes me cuentan en sala de prensa”.

El Tata parece un tipo honesto y lo que está claro es que él no engaña a nadie. Es el Barça quien vive engañado, primero por Sandro Rosell, quien se empeñó en su fichaje, y, después, por Andoni Zubizarreta, quien tragó con el argentino pese a no estar convencido y manejar otras alternativas. El fútbol de Martino no era ni es el del Barça y bastante hace con disimular y, paradójicamente, no dejar de ganar. Como aquello que se dice de algunos ricos, "son tan pobres que sólo tienen dinero", del Barça de Martino se podría decir que "es tan bueno que sólo gana partidos". Él es el primero que lo reconoce: "con el plantel que tiene el Barcelona, lo que no voy a hacer jamás es poner excusas". Eso sí, el Barça cada vez es menos reconocible. Como dijo Xavi de Mourinho, dudo mucho que Martino pase a la posteridad, allí donde -mal que le pese a Rosell- pasó Pep Guardiola.

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