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Japón logra ante Sudáfrica una de las victorias más épicas de la historia del deporte

Japón celebra su victoria ante los sudafricanos.

No se dejen engañar. En el rugby no existe la suerte. No hay ninguna posibilidad de que se pueda ganar un partido sólo con la fortuna como argumento debido a la descomunal exigencia física, técnica y táctica que implica un partido. Ayer Japón doblegó a Sudáfrica, dos veces campeona del mundo, en un partido que es, probablemente, el mejor reclamo posible para que los que no conocen el rugby se acerquen a él. ¿Milagro? ¿Sorpresa? Las preguntas surgían en cascada tras finalizar el choque con un insospechado 34-32 para los japoneses. 

Nada más lejos de la realidad. Japón dispuso hasta de dos ocasiones para empatar el partido. Y prefirió arriegar y tratar de ganarlo. Dos patadas que habrían llevado el empate al marcador, lo que se habría considerado una gesta, para el combinado nipón. Pero ante el asombroso del mundo, pidieron melé, querían ensayar. Sorprenderá a algunos, a quienes no conocen al seleccionador nipón, Eddie Jones. Hijo de madre japonesa y padre australiano, Jones tuvo el dudoso honor de ser el seleccionador de la Australia que perdió en su país la final de 2003 ante la Inglaterra de Wilkinson. 

Cuando presentó la lista definitiva de jugadores que participan en el Mundial, le preguntaron si su objetivo era clasficarse tercera. Su respuesta fue reveladora: "Eso significaría perder dos partidos y ganar dos partidos. No llevamos preparando el Mundial durante cuatro años para perder partidos. Tenemos cuatro choques y vamos a ir a ganar los cuatro". Esto, que parecía una bravata del seleccionador, se comprobó ante los springboks, el clamoroso favorito del grupo, cuando su capitán rechazó tirar a palos y pidió jugar la posesión para tratar de ensayar. 

El ensayo del ala Karne Hesketh premió su arrojo y su decisión, pero también su espectacular nivel de juego, muy mejorado desde la llegada de Jones. Japón celebrará el Mundial 2019 y no ha escatimado en medios para su selección. Brighton ya está en la historia del rugby mundial tras la victoria de los samurais. Pero ni hubo milagro ni hubo sorpresa, el desarollo del partido revela que Japón es ambicioso, competitivo y solvente. Abrieron el marcador con una patada del zaguero Ayumu Goromaru, un mito en los 'samurais'. Un try del capitán nipón, Michael Leitch, y la posterior conversión de Goromaru les adelantaban (7-10, m.29). Al descanso se llegaba con un 12-10 inquietante para los sudafricanos. 

Lo ocurrido en la segunda parte tiene mucho que ver con el buen hacer de los japoneses, que no le perdieron la cara al partido en ningún momento, y algo de tensión en su rival. Después de cruzar golpes y puntos, ante el asombro de los springboks, el partido llegó a la recta final igualado y en la última jugada del partido, fuera de tiempo (minuto 84), cargó a un lado y luego rápidamente abrió la bola al lado contrario, tratamndo de rentabilizar la superioridad por expulsión temporal de Oosthuizen. Allí apareció Karne Hesketh, que recibió el oval a cinco metros de la línea de marca, en la que se zambulló logrando un triunfo histórico.

Japón, que cuenta con un nutrido de jugadores nacionalizados a buen precio de cara al Mundial 2019 (Wing, Tui, Sau, Mafi, Leitch, Broadhurst, Ives, Hesketh...) logró un triunfo muy sonado por la dimensón del rival. "Estamos muy decepcionados. Ningún triunfo en rugby es por casualidad. Hay que felicitar a Japón, nos sometieron a muchísima presión y al final fueron mejores que nosotros", afirmó Jean de Villiers. La victoria más épica de la historia ha inaugurado el Mundial 2015. Esto acaba de empezar....

Sudáfrica: Kirchner; Habana, Kriel, de Villiers, Mvovo; Lambie, Pienaar; Mtawarira, B du Plessis, J du Plessis, De Jager, Matfield, Louw, du Toit, Burger. Cambios: Pietersen por Mvovo (71), Pollard por Lambie (58), du Preez por Pienaar (58), Nyakane por Mtawarira (55), Strauss por B du Plessis (54), Etzebeth por De Jager (69), Kolisi por du Toit (58) Oosthuizen por J du Plessis (58).

Sin bin: Oosthuizen (80).

Japón: Goromaru; Yamada, Sau, Tatekawa, Matsushima; K Ono, Tanaka; Mikami, Horie, Hatakeyama, Thompson, H Ono, Leitch, Broadhurst, Tui. Cambios: Hesketh por Matsushima (80), Tamura por K Ono (75), Hiwasa por Tanaka (68), Inagaki por Mikami (59), Kizu por Hatakeyama (54), Makabe por H Ono (57), Mafi por Tui (47).

Espectadores: 29,293

Árbitro Jerome Garces (Francia).

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