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El Real Madrid busca saltarse al ogro Spanoulis para alcanzar la gloria

Laso, Ayón, Printezis y Sfairopoulos en la rueda de prensa previa a la final.

Vassilis Spanoulis. Solo escuchar el nombre arrebata los sueños de los madridistas. Es el jugador del último lustro en Europa, el rey indiscutido. Puede haber otros tan buenos, probablemente no mejores. Hay algo, en todo caso, que le distingue de sus iguales, la capacidad de sobresalir en los momentos más tensos.

La demostración llegó, una vez más, en el partido del viernes. Estaba el griego sesteando, dejando a sus compañeros la ardua tarea de sostenerse contra el empuje del CSKA. Llegaban los momentos calientes y se miraba con desconfianza a Spanoulis, pues la resurrección es algo que nunca se espera. Pero en él siempre llega, el calor se adueñó de sus muñecas y empezó a crear tiros de la nada hasta franquear la meta de la sorpresa y alcanzar, una vez más, la final.

No es solo Spanoulis, porque el baloncesto es un deporte de equipo y no se puede explicar solo desde el individuo. Pero es imposible no mirar la lista de nombres y que destaque sobremanera, que parezca mucho más que lo que tiene alrededor. Lleva dos Euroligas, en ambas fue decisivo. Busca la tercera y nadie imagina a Olympiacos campeón sin un fuerte protagonismo del escolta. "Estoy muy orgulloso de tener jugadores como Spanoulis que no tienen problemas con la presión, y todos sabemos cómo es la presión en Grecia. No es solo jugarse el tiro, sino la mentalidad, cómo eres como atleta", cuenta con admiración su compañero Printezis, otro de los hombres a seguir de los griegos. 

El Madrid, como el CSKA, ya sabe la lección y lo que significa perder contra el coloso, pero no puede detenerse en eso, no hay mayor error que llegar a una cancha con miedo, por más motivado que esté. Escrutando las plantillas se puede  ver que el Madrid es mejor, algo mejor. Tiene más profundidad de banquillo y una cantidad de recursos admirable. La demostración la da la historia. Esta misma plantilla, con pequeños retoques, ha sido finalista en los últimos dos años  ha rozado con las yemas de los dedos un título que se lleva resistiendo 20 años. "

También tiene estrellas el Madrid, más en número que Olympiacos, aunque ninguna brille con tanta fuerza como Spanoulis. La clave para los blancos es hacer el partido que ellos quieran  y no el que les propondrá el rival. Cuando las puntuaciones son altas y los ritmos rápidos las sorpresas se rebajan y los mejores equipos gobiernan. Si la anotación se acerca a cien las opciones del Madrid irán creciendo, si Olympiacos ensucia el ritmo y lo rebaja tendrá más cerca eliminar a los blancos.

Hay en el Madrid un factor más que le acerca a la gloria: el aprendizaje. Perder curte, muestra los errores y hace cambiar las dinámicas para acercarse a la victoria. Los de Laso habían llegado a las últimas dos a finales a cuatro con la gasolina justa y lesiones, este año no. El equipo comenzó la temporada más relajado, sabiendo que no hay título alguno que se entregue en noviembre, y ahora todos parecen más fuertes. "La plantilla llega más entera", concede el precavido Pablo Laso. No es el reparto físico el único cambio que ha sufrido este Real Madrid, también está la configuración de la plantilla, un poco menos talentosa pero más competitiva. 

Nocioni es jugador para partidos grandes, siempre sale con hambre de victoria y es capaz de navegar en el caos y el nervio. Ayón puede no ser el jugador más bonito que existe, pero es rudo y efectivo. Incluso Rivers demostró en semifinales que él también sabe dar el do de pecho cuando su equipo le necesita. Ninguno de ellos es mejor que, por ejemplo, Niko Mirotic, pero probablemente sí tienen la experiencia y el carácter que puede servir para ganar una prórroga. Y eso, cuando de lo que se habla es ser el mejor de Europa, nunca es descartable. 

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