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En el Bernabéu se temen que el dinero de IPIC se aleje, como antes lo hizo el de Emirates

Día de la solemne presentación del acuerdo con IPIC en el Santiago Bernabéu.

La planta noble del Santiago Bernabéu vive días convulsos tras hacerse pública la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que anula la modificación urbanística que hacía posible el proyecto de la remodelación del Santiago Bernabéu. Un dictamen que retrasará las obras al menos tres años, en función de los planes que los afectados por la decisión judicial, Ayuntamiento, Comunidad de Madrid y Real Madrid, aborden para desbloquear la situación. El Real Madrid ha puesto sobre la mesa la posibilidad de introducir modificaciones en el proyecto para evitar que los tribunales consideren que vulnera la Ley del Suelo. Pero no parece factible a corto plazo, toda vez que la legislatura de González está cerca de expirar y el presidente tiene otras prioridades en el cierre de su mandato.

El varapalo para el Real Madrid llega porque esta sentencia desactiva parcialmente el acuerdo de patrocinio firmado con la empresa IPIC. Dicho acuerdo, firmado pomposamente en octubre de 2014, con presencia de la toda la plantilla y cuerpo técnico, estaba supeditado a la resolución favorable de la sentencia para el comienza de las obras. El Real Madrid necesitaba 400 millones para la remodelación del estadio y el acuerdo otorgaba al club 20 millones anuales durante las cinco próximas temporadas, por el naming del Bernabéu, más otra cantidad mayor que se ingresaría al inicio de las obras.

Y lo que es peor, queda en cuestión la palabra de Florentino que había extendido la idea de que, finalmente, la Comisión Europea no iba a considerar como ayudas públicas ilegales los convenios urbanísticos con el Ayuntamiento y, por lo tanto, que iba a tener vía libre para dar comienzo a la remodelación. Esa fue la tesis que trasladó a los dirigentes de IPIC, que ahora se encuentran con sorprendente cambio de escenario, que les hace plantearse el acuerdo con el Real Madrid, tras comprobar que Pérez no tenía control sobre la sentencia y que el inicio de las obras podría demorarse hasta tres años.

En caso de romper el acuerdo, IPIC no sería el primer inversor árabe que se levanta de la mesa y se marcha. En su día, ya lo hizo Emirates cuando se hizo pública la paralización de las obras del estadio Santiago Bernabéu por parte del TSJM. Entonces el club y la aerolínea, que patrocina la camiseta del Real Madrid, habían llegado a un acuerdo para sufragar parte de las obras con un acuerdo por el naming del estadio que ascendía a 160 millones.

Otro problema derivado de la paralización de las obras del Baernabéu es la pérdida de los ingresos que se pretendían extraer del estadio tras la remodelación. En su política de búsqueda de nuevas vías de ingresos, el remodelado Santiago Bernábeu suponía un modelo de negocio a explotar con grandes posibilidades. Ahora tendrán que buscar alternativas para ingresar ese dinero y el que tenían previsto por el acuerdo con IPIC al inicio de las obras.

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