Cuarta agresión nítida de Cristiano Ronaldo en dos meses sin recibir tarjeta alguna ni ser expulsado

No era la primera vez que ocurría. Transcurría el minuto 51 cuando Nacho Cases chocó con Cristiano en una jugada de ataque del Real Madrid. El golpe del sportinguista al luso, en las costillas, le molestó y este respondió con una reacción injustificable. 

Cristiano Ronaldo lanzó una patada que impactó de lleno en el gijonés, que estaba de espalda y no la esperaba. Una agresión injustificable que el portugués trató de argumentar por el golpe que le ocasionó el rival. La patada merecía la tarjeta roja sin discusión alguna, pero el árbitro, el pamplonica Undiano Mallenco, se limitó a señalar falta y no mostró tarjeta alguna ni advirtió a Cristiano por su desairada reacción. 

David Simón (Las Palmas), Krychowiak (Sevilla), Alves (Barcelona) y Nacho Cases (Sporting) han sido las víctimas de la ira de Cristiano

No es la primera vez que Cristiano responde así a algún golpe del adversario. Cristiano acumula cuatro agresiones en dos meses sin ser expulsado en ninguna de ellas: dos patadas, un puñetazo y un codazo. En la 10ª jornada, en el Real Madrid-Las Palmas Cristiano dio una patada a David Simón en el centro del campo. El árbitro, Jaime Latre, no sancionaron al portugués. Una semana después, la jornada previa al Clásico, Ronaldo lanzó un puñetazo al sevillista Krychowiak que no le impactó de lleno en un contragolpe blanco en el primer tiempo. González González obvió amonestar la expulsión a Cristiano. En el Clásico ante el Barça, quizás frustrado por la superioridad azulgrana dio un codazo a Dani Alves, pero Fernández Borbalán pitó falta y amonestó a Alves. La de ayer pateando al jugador del Sporting Nacho Cases es la cuarta agresión clara del luso que es obviada por los colegiados. 

Sin embargo, solo ha visto una tarjeta roja en este tipo de actuaciones, la que recibió la pasada temporada en Córdoba tras agredir a uno de sus centrales. Esta agresión en forma de patada a destiempo no es un hecho recurrente en el madridista, merecedora de una tarjeta roja incuestionable. ¿Seguirán hablando en el Real Madrid de una persecución?