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Y el Real Madrid salvó el 'match-ball' del año: dejó fuera al Khimki; espera el 'coco' Fenerbahçe

Llull, eufórico.

Sólo el fantasma de una actuación épica de Tyrese Rice, viejo enemigo, inquietó al Real Madrid en un partido que abocaba a vida o muerte. Los de Laso tiraron de orgullo, de acierto en el triple y de una defensa impecable en los últimos veinte minutos para derrotar por 83-70 a un combativo Khimki y clasificarse así para los cuartos de final de la Euroliga.

Sabedores de que, con la victoria del Barcelona en Kaunas, volvían a depender de sí mismos para pasar de ronda, los blancos salieron dispuestos a intercambiar golpes desde el primer momento. Los locales ametrallaron un estratosférico 8 de 10 en triples en los primeros diez minutos, y el ritmo de juego llevó el marcador final del primer cuarto hasta un 33-28.

Pero Rice, villano en esa Final Four de 2014 en la que desmontó al Madrid con la camiseta del Maccabi, parecía vivir un déjà vu de aquella noche milanesa. El de Virginia encontró su réplica en un Jaycee Carroll que entró en trance e inauguró un duelo al sol formidable. Al descanso, un 54-49 que reflejaba una primera mitad que había sido memorable.

A la salida del tercer cuarto, la película cambió. Era previsible que uno de los dos equipos griparía y ése fue el cuadro ruso, al que se le cerró el aro. Rice, sobrecargado de minutos por Dusko Ivanovic, estuvo poco fresco y perdió el poderío anotador y la chispa que había exhibido en los primeros veinte minutos.

Un Khimki fatigado arregló mínimamente el panorama, pero el último cuarto acabó siendo cuesta abajo para el Real Madrid. Sólo algunas pinceladas de clase de Koponen daban color a un panorama gris de los moscovitas, lastrados por un pésimo Shved que estaba llamado a ser protagonista y acabó ahogado en la defensa de Rudy. El vigente campeón, de nuevo, echó mano de su extrema competitividad para volver a salir vivo de un partido en el precipicio.

Aferrados a la competición, los madridistas ya saben que les tocará sufrir en cuartos. Pese a que aún restan partidos para clausurar el Top 16, el escalón previo a la Final Four ya ha sellado sus emparejamientos: CSKA de Moscú-Estrella Roja, Lokomotiv Kuban-Barcelona Lassa, Laboral Kutxa-Panathinaikos y, ojo, Real Madrid-Fenerbahçe. Duelo digno de una final europea en el que uno de los transatlánticos del baloncesto FIBA quedará fuera de la lucha por el título. Incluso con la baja de Jan Vesely en el rival, a los de Laso les espera un camino de espinas hasta Berlín, con escala en el Ülker Sports Arena.

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