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El fútbol según Pablo Iglesias: entre el Fair Play Financiero y la Democracia Corinthiana

Sócrates celebra un gol puño en alto en honor a la Democracia Corinthiana.

'Podemos' ha elaborado un borrador de deportes para su plan de gobernabilidad tan peculiar como arriesgado. Peculiar, por su carácter social, que anhela implantar el viejo sueño de Sócrates y su Democracia Corinthiana, uno de los episodios favoritos de la historia del deporte de Pablo Iglesias: “Los futbolistas no deberían llegar a Primera sin estudios porque la voz del jugador es la que más repercusión tiene para los niños”. A este empeño suman otras demandas sociales como progresar en la implantación de la igualad de género en el deporte y la de mejorar la remuneración de los deportistas paralíticos. 

Pero es un borrador arriesgado porque trata de abrir el melón de la financiación del fútbol. Habla de "redistribuir el reparto de los derechos televisivos, establecer límites de endeudamiento, aumentar la transparencia en las Federaciones, pedir la marcha de Villar y perseguir el rastro de las comisiones de los agentes en las contrataciones de jugadores de los contratos opacos de Catar”. Para redistribuir los derechos televisivos tendrá que vérselas con el faraónico Florentino, cuyo palco tiene más peso que el atril de la ONU. A Villar le costará echarlo porque los votos que lo atornillan a su sillón presidencial se mercadean en una asamblea que juega con cartas marcadas (si no compradas). Y el resto de sus aspiraciones tiene mucho que ver con el Fair Play Financiero que la todopoderosa UEFA lleva años tratando de imponer. La UEFA, que no la FIFA, esa máquina de recaudar dinero. Especialmente en Catar... 

Para redistribuir los derechos televisivos tendrá que vérselas con el faraónico Florentino, cuyo palco tiene más peso que el atril de la ONU

Pretende 'Podemos' implantar "el modelo alemán" y parece olvidar que los clubes son Sociedades Anónimas cuyos dueños invierten buscando el negocio, por lo que poco o nada puede hacer el Gobierno a la hora de marcar el precio de las entradas. Podrá, eso sí, limitar el nivel de endeudamiento y revisar las cuentas pendientes con la Agencia Tributaria. Pero ahí chocará frontalmente con la pasión de aficionados (o votantes) que se echarán a la calle a defender a sus clubes como ya hicieran Sevilla, Vigo o más recientemente en Murcia. 

En este dominguero país se pudo sentar precedente el verano del año 95, cuando se descendió al Celta de Horacio Gómez y al Sevilla del encarcelado Del Nido por temas económicos. Las aficiones se echaron a las calles y el fervor contagió a los despachos. Entonces Alfredo Pérez Rubalcaba, Ministro de Presidencia del gobierno de Felipe González, declaró: “Que no se sancione a las aficiones”. El gallego Fraga y el andaluz Chaves presionaron a Cortés Elvira, secretario de Estado para el Deporte, y el Gobierno claudicó ante el clamor. De aquellos barros, estos lodos. 

Así que la utopía corinthiana de 'Podemos' se topa con la realidad siciliana de un fútbol español más propio de tiburones de Wall Street 

Así que la utopía corinthiana de 'Podemos' se topa con la realidad siciliana de un fútbol español más propio de tiburones de Wall Street con sociedades interpuestas y fondos de inversión alojados en paraísos fiscales. Y todo edificado sobre una masa social que defiende a sus clubes más allá de lo razonable. 'Podemos' no tiene un pasado que le puedan echar en cara, por eso este borrador tan inicisivo puede ser un lastre pesado, si no un error estratégico. En la bolivariana Sudamérica que tan bien conoce Pablo Iglesias "el fútbol es el opio del pueblo". Cuando no hay alegrías que llevarse al bolsillo, hay goles que te llenan el paladar. O como dicen los argentinos...'La pelota no se mancha' 

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