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Óliver Torres no quiere que le represente Mendes, pero el Atlético le cede parte de sus derechos

Según informa el diario 'Marca', el Atlético de Madrid ha cedido una parte de los derechos de Óliver Torres al fondo de inversión Quality, asesorado por Jorge Mendes, quien se ha hecho con un porcentaje que oscilaría entre el 20 y el 25% sobre el hipotético traspaso de la gran promesa de la cantera rojiblanca. Lo curioso es que el agente portugués ha intentado representar a Torres, si bien Óliver ha preferido seguir con su representante de siempre, en un gesto que le honra y dice mucho de su madurez.

Sin embargo, y gracias al poder que tiene en el Atlético, Jorge Mendes en cierto modo se ha salido con la suya. A cambio de cederle parte de los derechos, 'Marca' asegura que el Atlético recibe una cantidad que oscila entre los 5 y los 6 millones de euros, a devolver en cómodos plazos. Esta manera de obtener liquidez es una arma de doble filo, pues sabido es cómo la terminado el fútbol sudamericano con los famosos apoderados.

Desde el club, donde aseguran que ellos son y serán los únicos titulares del joven y prometedor futbolista extremeño, explican que cualquier prestamista pide garantías y que uno de los avales habituales son los porcentajes sobre futbolistas, pues Óliver no hace sino sumarse a una lista. Lo que no parece tenerse en cuenta es la voluntad del futbolista, cuya relación contractual, por no hablar de la sentimental, está vinculada a un club y no a un fondo de inversión. "Todavía no soy ni futbolista, pero ojalá pudiera acabar mi carrera aquí", asegura Torres con ingenuidad. 

La pregunta que surge es qué sucede si llega una oferta por el jugador en cuestión, algo que parece más que probable en el caso de Óliver Torres, con un gran cartel fuera de España y que estos días va a disputar el Mundial sub 20 con España en Turquía. La respuesta es que, en caso de que el Atlético aceptara traspasarle, el superávit se reparte entre el club y el fondo de inversión según los porcentajes marcados. Pero en caso de que se rechace contra la opinión del inversor, la entidad debe reintegrar una cantidad. Es decir, que el fondo, es decir, Mendes, siempre cobra.


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