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España premia la mediocridad

"No me he clasificado porque el cambio horario me ha afectado mucho", dijo el atleta español Sergio Sánchez, cuando la diferencia entre Moscú y Madrid es de dos horas."El calor ha sido determinante para que no pudiera pasar a la siguiente ronda", esgrimió Betzabet, español de origen etíope, sobre los 20º centígrados que hacían en la capital rusa.

Cuando alguien pone estas excusas, ¿se le tiene que premiar con una beca, viajar a Moscú o regalarle ropa de la selección? Creo que no. En una época donde cada vez hay menos dinero, éste se debe invertir en los mejores, porque son los que se lo merecen. Permitir que un tipo suelte este tipo de excusas está haciendo daño a los deportistas que vienen más abajo, porque lo escuchan y pueden llegárselo a creer. Pero, además, le estás quitando recursos al que tiene verdaderas opciones de conseguir un triunfo.

Hace muchos años apareció una generación de atletas. Los Abascal, González, Moracho o Trabado no eran los mejores, pero peleaban como nadie. Recuerdo por ejemplo al entrenador de Abascal, Rojo, explicando la anécdota de que tenía que engañar al encargado de material de la Blume para que le diera unas zapatillas nuevas, ya que Abascal las destrozaba de tanto entrenarse. Era una generación que corría para comer y ese ejemplo dio resultados. Años después, Fermín Cacho, Abel Antón, Martín Fiz y otros subían al podio.

Ahora buscamos llevar mucha gente a las competiciones, pero ¿para qué? ¿No es mejor que el bueno se lo lleve todo? ¿Por qué hay que pagar a un mediocre? Se está fomentando el conformismo y la mediocridad. El todo vale.

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