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Martín Presa, menos bailar salsa y más trabajar

Felipe Miñambres, exdirector deportivo del Rayo, durante su despedida ante la prensa.

"Rabia. Tristeza. Sufrimiento. Abandono. La cara de Felipe Miñambres es la cara del Rayo Vallecano". El mensaje, publicado en la cuenta de Twitter de Rayo Herald, medio rayista de referencia, describe la peliaguda situación que vive el club madrileño. Han pasado muchos días desde que se confirmó su descenso a Segunda, y la afición franjirroja anda entre desorientada y furiosa.

Felipe Miñambres anunció este jueves que deja el Rayo Vallecano, club en el que ha ejercido como director deportivo desde 2007. Entre el esperpento y la pena, Miñambres compareció en una sala donde algún responsable rayista había ordenado tapar de forma burda cualquier escudo o referencia publicitaria oficial del club con unos plásticos o cartulinas blancas. 

Miñambres ha decidido romper el contrato que le unía al Rayo hasta 2017 y que, debido a la negativa del club a rescindirlo de manera amistosa y común, tendrá que solucionarse en los juzgados.

"Ayer me llegó un burofax y no sé si habrá juicio o no. Yo sé cómo lo he hecho y está bien hecho en tiempo y forma. Y nada, las cosas que me llevo no me las va a quitar nadie. Nadie me quitará lo vivido, lo sentido y lo disfrutado", señaló Felipe, que se emocionó varias veces durante la breve rueda de prensa.

"Las cosas las digo en la cara y la persona que manda en el club sabe por qué me voy. Con eso me vale. He sido muy feliz, pero llega un momento en que se termina. He comunicado en tiempo y forma todo lo que iba a hacer. Y así ha sido. No lo quiero hacer público. Es mi línea de trabajo desde siempre. No airear problemas", añadió señalando, sin nombrarlo, al presidente, Raúl Martín Presa.

La salida por la puerta de atrás de un director deportivo que ha hecho milagros con un presupuesto ínfimo y embargado es el penúltimo capítulo de una entidad que, si alguien no lo impide, camina de forma peligrosa hacia el precipicio.

El otro pilar deportivo durante estos años en la élite, Paco Jémez, está de vacaciones en Galicia. Oficialmente es todavía entrenador rayista, pero nadie apuesta un euro por su continuidad. De momento, ya se deja querer con descaro por el Deportivo

Los aficionados llevan días esperando que Martín Presa se monga manos a la obra y planifique el futuro de la entidad en Segunda. Pero el presidente está en otras cosas. Bien lo saben muchos rayistas, algunos de ellos insignes y con mucho peso público. Y, claro, lo denuncian en Twitter:

https://twitter.com/quiquepeinado/status/737990535957352448

Lo último que hizo el presidente directamente relacionado con la parcela deportiva del Rayo fue justificar el descenso insultando a Marcelino, entrenador del Villarreal. Luego, desapareció.

Desde entonces, hay documentos gráficos que confirman su presencia en el palco de San Siro durante la final de la Liga de Campeones:

https://twitter.com/JAVIERDELRAYO/status/736914039268331521

Asimismo, tras su viaje relámpago a Estados Unidos, siguió sumando kilómetros en su tarjeta aérea volando a China. Otra vez.

Cuando no viaja, el máximo responsable del Rayo da rienda suelta a una de sus pasiones ocultas: la salsa. Acude con cierta asiduidad a una sala de baile de la capital, donde se relaja al ritmo de la música latinoamericana. Quienes le han visto en acción aseguran que se mueve con soltura sobre la pista.

El rayismo vería bien que su peculiar presidente tuviera idéntico ritmo para agilizar el proyecto del Rayo Vallecano de la temporada 2016-17.

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