Quantcast

Deportes

Gil Marín cambia las condiciones cerradas en el acuerdo y el agente de Reus da por roto el fichaje

Marco Reus, durante uno de los viajes del Borussia Dortmund.

La bomba del Atlético de Madrid estaba lista para estallar. Y lo hizo. Las fechas que había filtrado el club rojiblanco para la explosión no iban desencaminadas, pero los efectos han sido los contrarios a los esperados. Y las consecuencias serán devastadoras. La manipulación de esa bomba, Marco Reus, que el Atleti preparaba desde 2014 para el pasado verano y ahora en este mercado estival ha terminado en una deflagración en la misma cara de la entidad dañando el proyecto 2015-16 de Simeone. Según ha sabido Vozpópuli, el fichaje del jugador alemán se truncó definitivamente a mitad de esta semana cuando las últimas negociaciones entre Miguel Ángel Gil Marín, Consejero Delegado del Atlético y máximo responsable de este fiasco, y Volker Struth, agente del futbolista, saltaron por los aires. En lugar de cerrar todos los términos de un interminable fichaje llevado bajo secreto de sumario, todo lo acordado se ha convertido en papel mojado.

Los derechos de imagen de Reus y el reparto de los mismos (del 50 al 100% para el Atlético), así como la cantidad pactada con el representante alemán fueron modificados por el Consejero Delegado del Atlético en una acción incomprensible que enojó al agente, decepcionó a Marco y alivió en parte al Borussia cuando todo se encontraba en el punto final. Sin embargo, la operación se rompió de manera insalvable tras decenas de conversaciones, reuniones en Madrid, viajes a Dortmund, y la postura de apoyo del Grupo Wanda con Wang Jianlin a la cabeza, al que no ha gustado ni mucho menos este incomprensible desenlace.

Struth nunca se había pronunciado sobre el futuro de Reus con tanta rotundidad como lo hizo el martes pasado. Volker mantuvo una discreción tan firme como su seriedad en este asunto. El agente habla lo justo en los medios, pero cuando lo hace no deja dudas. Atizó con fuerza a Guardiola por su ninguneo a Götze en el Bayern (“Pep lo ha destrozado”, aseguró). Y ahora, hasta con cierta elegancia pese al malestar de su representado, sentenció que Reus no se movería del Borussia. La noticia cambió por completo la cara de los empleados del Atlético de Madrid, ilusionados desde hacía días cuando se filtró desde el club con pelos y señales que Reus sería atlético. La desolación era patente en las oficinas del Vicente Calderón. 

El Atlético ya había pagado al Borussia y al jugador una cantidad cercana a los 15 millones cuando Gil Marín ha decidido cambiar las condiciones acordadas

Por segunda vez, el máximo responsable de la negociación en los fichajes y ventas en el club rojiblanco, Miguel Ángel Gil Marín, ha roto el fichaje del crack alemán. El año pasado se cerró el traspaso en una cantidad que rondaba los 26 millones de euros, a pagar en tres plazos, pero las garantías de pago dadas por Gil Marín no convencieron al Borussia, que desechó la operación después de haber llegado a un acuerdo. En esta ocasión el cambio de las condiciones que se habían acordado han echado por tierra el traspaso. En ambas negociaciones ha estado presente como obstáculo el contrato de Puma con Reus (le colocaba casi en 10 millones de euros) y la penalización del mismo, pero este particular ya estaba resuelto. Nada hacía presagiar este desenlace porque el Atlético había adelantado hasta ahora unos 15 millones de euros al Borussia y el jugador, cantidades que tendrá que tratar de recuperar ahora.

El enfado del Cholo es mayúsculo porque llevaba desde el año pasado esperando a Reus, petición expresa suya, después de hablar con el propio jugador, que lleva meses estudiando español. La temporada pasada se la jugaron y las relaciones con Gil Marín se enturbiaron hasta el punto de no hablarse, si bien con el paso de la temporada la situación se recondujo hasta firmar la ampliación de contrato para 2020 por la intermediación de Wang Jianlin. En el proyecto más ambicioso diseñado por el Atlético figuraban los nombres de Cavani y Reus, que ahora no llegarán. Por desavenencias con el PSG, en el caso del uruguayo pese a tener cerrado un acuerdo con él y el club parisino, y por incumplimiento de las condiciones pactadas con el agente del jugador en lo que atañe al alemán. No hay nombres en el mercado del rango de Marco Reus, pero el club busca alternativas como Cazorla, Vela o Draxler.

En Vozpópuli hemos desvelado los pormenores de la negociación del fichaje y detalles que confirmaban el avance de la misma como la adquisición, por parte del alemán, de una casa en la lujosa urbanización de La Finca, donde residen futbolistas como Cristiano Ronaldo o su compañero de selección y amigo Toni Kroos, quien ha sido su cicerone estos meses en los que planificaba su llegada. La vivienda, amueblada y decorada por la familia con la misma discreción que ha caracterizado esta negociación, se quedará en el camino, pese a las visitas de la familia de Reus en las últimas fechas para preparar el desembarco.

Marco Reus ha adquirido una casa en la lujosa urbanización de La Finca, visitada en las últimas semanas por su familia para preparar el que iba a ser un desembarco muy celebrado 

Esta parece una consecuencia menor si tenemos en cuenta el profundo malestar del inversor chino Wang Jianlin, empeñado en el fichaje de Reus para coronar su primer proyecto. La capacidad de deshacer fichajes del Atlético de Gil Marín va camino de ser legendaria, y el que será nuevo propietario del club pretende acelerar el cambio de propiedad pactado con la adquisición de las acciones de la familia Gil. La postura inflexible de Volker Struth respecto al futuro de Reus y su salida ahora del Borussia descarta también a otros clubes que pujaron a espaldas del Atlético por el internacional alemán (Arsenal o Real Madrid). Si bien, algunas voces leves en el seno de la entidad colchonera se negaban a abandonar por completo la opción Reus, pese al desaguisado que ha provocado Gil Marín, mientras queden días de mercado hasta final de agosto...

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.