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Postureo en Oviedo: El Maratón de Nueva York, Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2014

El jurado del Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2014, que ha concedido el galardón al Maratón de Nueva York, ha considerado que la prueba estadounidense constituye la "máxima expresión" de deporte, colaboración ciudadana y espíritu solidario. El acta del tribunal, a la que la ha dado lectura su presidente, Josep Lluis Vilaseca, máximo responsable del Tribunal Español de Arbitraje Deportivo, considera que esta circunstancia se plasma cada año el primer domingo de noviembre "en una tradición de gran repercusión mediática, en la que toda la ciudad se contagia del entusiasmo colectivo por recorrer los míticos 42 kilómetros y 195 metros".

Para el jurado, el maratón neoyorquino se ha convertido en uno de los acontecimientos deportivos más importantes del mundo desde su nacimiento en 1970, cuando sólo participaron 127 corredores, y en la prueba popular de referencia que simboliza la mejor convivencia entre deporte aficionado y profesional con más de 50.000 participantes en su última edición.

La candidatura premiada se ha impuesto en las votaciones finales a las de la nadadora española Mireia Belmonte, las selecciones nacionales de hockey sobre patines y de waterpolo femenino, había sido propuesta por el director de Flickr en Yahoo, Bernardo Hernández González, miembro del Jurado del Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2014.

Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, quiso “aplaudir al ganador”, aunque recordando que “España es el país número uno en deportes mediáticos y los éxitos de nuestros deportistas tienen un nivel internacional reconocido por todos”.

No es el más antiguo -Boston le precede en 73 años-, ni el que depara mejores marcas -su récord ocupa el puesto 29 en el ránking histórico-, pero el maratón de Nueva York, premio Príncipe de Asturias de Deportes 2014, esgrime el peso aplastante de sus 50.000 corredores para erigirse en la carrera más popular del universo.

A lo largo de sus 44 años de historia, el maratón neoyorquino se ha convertido en la prueba más apetecida por el corredor popular, de tal forma que la obtención de un dorsal, al cabo de un complejo sistema de sorteos y marcas mínimas, constituye un premio en sí mismo para cualquiera. Las solicitudes para participar en la carrera que recorre los cinco suburbios de la Gran Manzana llegan al 'New York Road Runners' (NYRR), el club organizador, de todos los rincones del planeta y el certificado acreditativo de haber terminado la prueba se guarda como oro en paño en las vitrinas del hogar.

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