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El Barça sigue fichando lo que ya tiene

Pasan los años y el Barça se refuerza otra vez por su zona de abundancia. No tiene defensas centrales, se le hacen mayores algunos centrocampistas, pero su criterio de mercado le empuja a contratar un año tras otro a delanteros, ese hábitat de tan difícil convivencia entre Messi y el resto. Ya se fue Etoo, y Bojan, también Ibrahimovic, y Villa, y está a punto de hacerlo Alexis. Tampoco le fue muy bien a Neymar, al que se fichó sin que hubiera déficit por su zona. Y ahora llega Luis Suárez, el último capricho, por 79,5 millones de euros según el acuerdo alcanzado con el Liverpool. Y encima con el dudoso aliciente de su reputación mordedora, una amenaza seria de problemas y un ataque a los valores deportivos de los que últimamente le gustaba presumir al conjunto catalán.

Un nuevo delantero para el Barcelona, en suma, promesa de gol y hasta de mercadotecnia, pero un vacío casi crónico en el centro de la defensa. Es por ahí por donde sangra el Barcelona desde hace tiempo, pero nunca encuentra una solución. Problema de dinero no es, a la vista del desembolso en los fichajes innecesarios está. Quizás sea más bien un problema de incapacidad. O de tozudez. Pero Puyol ya se ha ido después de un tiempo avisando de que se iba, o se acababa, Piqué está como está, Mascherano no pasa de ser parche y a Bartra no le han concedido la continuidad para hacerse. Falta un central, es una evidencia que hasta denuncian los álbumes de cromos, pero el Barça no se aburre de mirar constantemente a otro lado. Por nueves no será.

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