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El vestuario del Barça recela de Luis Enrique: "No tiene capacidad de reacción en los partidos"

Luis Enrique da órdenes en la banda de San Mamés mientras el Barcelona es goleado por el Athletic.

Luis Enrique no acaba de despejar las dudas en el vestuario azulgrana. Pese a la consecución del triplete la pasada temporada, el técnico tiene una asignatura pendiente que se ha vuelto a poner en evidencia en este inicio de temporada. Luis Enrique no ha demostrado aún capacidad para dominar la marcha de los partidos con cambios tácticos o de jugadores salidos del banquillo. Y eso inquieta tanto a la grada como a los despachos, e incluso al propio vestuario azulgrana donde hay jugadores que han comentado que"no tiene capacidad de reacción, es incapaz de cambiar el curso de los partidos".

En las últimas semanas se han producido ejemplos de ello. Uno en el partido de la Supercopa de Europa ante el Sevilla y otro en la de España ante el Athletic. Nadie duda de la capacidad de Luis Enrique para afrontar tácticamente los encuentros, pero cuando el partido se tuerce el asturiano si diluye en el banquillo y no evidencia capacidad para corregir el curso de los encuentros. En Georgia, el Barcelona rompió el partido y se colocó 4-1 arriba, con lo que parecía sentenciar la final. Sin embargo, el Sevilla se marchó arriba sin nada que perder y con cambios netamente ofensivos. Y entonces el Barcelona se derrumbó como un castillo de naipes. Los goles de Reyes, Gameiro, de penalti, y Konoplyanka llegaron en 23 minutos en los que el Barcelona se vio maniatado y no supo parar el vendaval culé. la entrada e Sergi Roberto y Bartra no consiguió que el equipo recuperase el mando del partido y Emery demostró ser mejor estratega que Luis Enrique.

Días después fue Valverde el que dejó en evidencia la capacidad de maniobra del técnico azulgrana. El Athletic tomó ventaja con un gol inverosimil de San José a los 13 minutos, pese al buen juego de los azulgrana, que disponían de ocasiones que no lograban concretar. Sin embargo, en la segunda mitad, los rojiblancos se hicieron con el dominio del partido doblegando a un Barcelona inofensivo. Las sustituciones de Rafinha (51') y Sergi Roberto (59') por Iniesta y Rakitic no sólo no operaron ningún efecto, sino que aumentaron ese caos y Aduriz anotó dos de sus tres goles (un hat-trick en 15 minutos, desde 53 al 68) con ambos en el campo. Tampoco la entrada de Pedro por Sandro significó un cambio de tendencia o en el marcador. Y la sensación que quedó es que si hubiera llegado otro gol, habría sido en la portería de un desafortunado Ter Stegen.

Esto ha encendido las alarmas en un Barcelona acostumbrado a ver cómo Guardiola reinventaba los partidos con cambios tácticos, recolocando jugadores y desafiando a los rivales con nuevas disposiciones. Si no, con cambios de jugadores que alteraban la decoración de los partidos. En el vestuario tampoco ha gustado cómo está manejando el caso Pedro, quien no ha dispuesto de los minutos que se ha ganado con sus apariciones en el campo. Compañeros, aficionados y hasta el presidente confían en que el canario se quede, pero el jugador está postergado a la suplencia y se marchará en busca de minutos en un equipo que al menos le ofrezca las oportunidades que se gana con su rendimiento. Mientras, el Barcelona seguirá en manos de Messi y su once de gala. Al menos, hasta que Luis Enrique demuestre que es capaz de manejar los partidos desde el banquillo con la pizarra y los cambios. Algo que no ha hecho hasta ahora.

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