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La Federación Española aplaza su reacción oficial al órdago de la FIBA pero no teme su expulsión de los Juegos

La Selección, durante un torneo pretérito.

Está siendo un fin de semana extraño para el baloncesto del Viejo Continente. FIBA Europa comunicaba en la noche del viernes a la Federación Española de Baloncesto la exclusión de su combinado masculino senior del Eurobasket de 2017, por considerar que la entidad "apoya las prácticas ilegales de la Euroliga al permitir los acuerdos con sus ligas y clubes".

En el texto, el organismo justificaba la "pérdida del derecho de participar en las competiciones masculinas absolutas" que organiza (entre las que se incluye dicho Europeo) de un grupo de federaciones entre las que se encuentran, además de España, potencias como Serbia, Croacia, Italia, Grecia o Turquía. De hecho, de entre las grandes, sólo Francia y Alemania salvarían el pellejo, viéndose abocadas a la disputa de un Eurobasket utópico, para el que se tendría que recurrir a naciones muy poco relevantes de cara a completar los 24 participantes previstos.

FIBA Europa acusa a la FEB de "apoyar o participar de prácticas antideportivas" que son "contrarias" a sus normas y principios. Pero ofreció la posibilidad de presentar alegaciones en un plazo que concluye el miércoles, día 20, y que los estamentos federativos, que aún no han respondido oficialmente, van a apurar.

La preocupación se extendía, en el corto plazo, a los Juegos de Río, certamen que el brazo europeo de la Federación Internacional pretende sumar a su castigo hacia los países que considera esquiroles. Sin embargo, esta acción resulta compleja, ya que el torneo de los cinco anillos no depende, como el Eurobasket, de FIBA Europa, sino de un Comité Olímpico Internacional que no está muy por la labor de devaluar su producto.

Además, la FEB piensa aducir un hecho incontestable: la sanción resulta incongruente en casos como el del baloncesto español, en el que organización de las competiciones de clubes no depende de las instituciones federativas, sino de la ACB, un organismo independiente. La situación, por tanto, parece predestinada a un acuerdo entre las partes para normalizar la convivencia.

El conflicto, recordemos, saltó a la palestra el pasado mes de octubre, cuando FIBA Europa anunció la creación de la denominada como Champions League, mientras que la Euroliga iniciaba un nuevo modelo semicerrado con 16 equipos de élite. La mayoría de los clubes en España optaron en Asamblea por mantenerse junto al campeonato auspiciado por Jordi Bertomeu, aunque la propia ACB ofreció libertad a los conjuntos para poder alistarse en las competiciones FIBA.

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