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El 'padrino' Rossi lo logró: las amenazas italianas asustan a organizadores y entornos de Lorenzo y Márquez

Rossi, Lorenzo y Márquez, en la sala de prensa de Mugello.

Los pilotos españoles Jorge Lorenzo (Yamaha) y Marc Márquez (Repsol Honda) afrontarán este fin de semana un complicado Gran Premio de Italia, sexta prueba del Mundial de Motociclismo y que se disputa en un circuito de Mugello que se volcará con Valentino Rossi (Yamaha) y más después de lo sucedido en el tramo final de campaña.

El incidente entre Márquez y Rossi en Sepang (Malasia) provocó una larga polémica que, sin haber sido zanjada con una gesto público compartido por ninguno de los pilotos, podría tener su prolongación en esta carrera, después de las muestras de enfado de los aficionados de Il Dottore, que tienen ganas de vendetta deportiva y que apretarán todo lo posible para intentar descentrar a los dos primeros clasificados del campeonato de MotoGP y que lo pueda aprovechar su ídolo.

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Además, las informaciones de estos días señalan que tanto el balear como el catalán, ya abucheados en Losail (Catar) en el podio, verán reforzada su seguridad personal, con el segundo descartando tener un guardaespaldas, mientras que los aficionados italianos del de Cervera no tendrán tribuna por temor a las amenazas, pero será en la pista donde los protagonistas hablarán.

Y en esta tesitura, Lorenzo quiere afianzar su liderato en un trazado que se le da muy bien a Yamaha, que ha ganado nueve de las últimas doce ediciones disputadas, y en la que será su última visita con la M1 ya que el año que viene también correrá en 'casa' con Ducati.

El balear apabulló en el Gran Premio de Francia para aprovechar la caída de Márquez y situarse nuevo líder con 90 puntos, cinco más que el ilerdense, distancia que espera aumentar, avalado por su buen rendimiento en Mugello donde ha suma cuatro victorias en los últimos cinco años, fallando solamente en 2014, donde se impuso el piloto del Repsol Honda y finalizó segundo, su otro puesto habitual en este circuito donde sólo en su debut en MotoGP no subió al podio.

En una semana frenética de anuncios, Lorenzo ya conoce quién será su compañero en la Desmosedici GP en la figura del italiano Andrea Dovizioso y quien le relevará en Yamaha, su joven compatriota Maverick Viñales, que formará equipo con un Valentino Rossi que espera sacar partido a su primer Gran Premio de casa junto al de San Marino.

El nueve veces campeón del mundo dominó con mano de hierro el trazado italiano de 2002 a 2008, y en 2010 sufrió una grave caída que le impidió cuestionarle al piloto mallorquín su primer título de campeón del mundo. Rossi demostró que sigue fuerte en Jerez de la Frontera y en Francia salvó con un óptimo segundo puesto un fin de semana complicado que dejan a Il Dottore, tercero los dos últimos años de esta cita, solo a doce puntos del liderato.

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Dispuestos a intentar inmiscuirse en este teórico dominio de las M1 estarán las dos Hondas oficiales de Marc Márquez y Dani Pedrosa, que también han vivido una semana marcada por su futuro, tras hacerse oficial que seguirán como pareja en el Repsol Honda tras la renovación dos años del de Castellar del Vallés.

El de Cervera tratará de aislarse de todo el ambiente y seguir enganchado con firmeza en la pelea por el campeonato en un circuito donde sólo ha sonreído hace dos años, cuando estaba de lleno en su espectacular racha de victorias. En sus otras dos visitas, en 2013 y 2015, se fue al suelo, con mención especial a la caída del año pasado cuando había remontado a la segunda plaza tras salir decimotercero.

Por su parte, su compañero Pedrosa intentará celebrar su renovación hasta 2018 con el equipo japonés y su Gran Premio 250 con un resultado que no le descuelgue de la pelea con el trío cabecero. El catalán, ganador en 2010 en Mugello, donde no sube al podio desde 2013, tiene a 37 puntos ya a Lorenzo y tampoco puede despistarse por sus rivales por detrás, entre ellos un Maverick Viñales.

El de Roses ya puso fin al secreto a voces de su marcha el año que viene a Yamaha y ya sin esa presión sobre su futuro intentará volver a estar al acecho del podio. El piloto llega motivado tras su primer cajón en MotoGP, un tercer puesto en Le Mans, el primero de Suzuki desde Brno en 2008 (Loris Capirossi).

Las características del circuito pueden ayudar a que su GSX-RR y de la un Aleix Espargaró en continua mejora puedan dar que hablar, aunque también se espera que Ducati, que también aclaró su futuro y provocó la salida de Andrea Iannone a Suzuki, ponga fin a todos sus problemas y esté de nuevo delante.

Pol Espargaró (Yamaha) y Héctor Barberá (Ducati) buscarán continuar sumando puntos para afianzarse entre los ocho mejores del Mundial, mientras que Esteve Rabat (Estrella Galicia 0,0 Marc VDS) intentará olvidar dos carreras seguidas sin sumar y Álvaro Bautista (Aprilia) intentar acercarse a los diez mejores.

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