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El Madrid navega con éxito en un partido de locura en Vigo (2-4)

Chicharito y James celebran un gol del Madrid.

No se descarta que antes del partido los entrenadores se reuniesen en el vestuario y acordasen hacer un encuentro para el disfrute del personal. Olvidarse de las defensas, pensar siempre en la portería rival, tener el gol como único objetivo. Ese tipo de juego, tan amable con el aficionado, es también unas coordenadas de juego casi perfectas para las aspiraciones del Madrid. Si la cosa es un intercambio de golpes los blancos suelen tener más fuerza.

El Celta es un equipo admirable, de esos que siempre salen al campo dando la cara e intentando agradar. Tienen una serie de buenos jugadores y uno que sube más aún el nivel hasta quedarse en muy bueno, casi excelente: Nolito. Es un delantero indetectable, de esos que aparece en todas partes y que no juega por ninguna, de los que es imposible contener. Tiene gol, como demostró en el primer tanto, pero sobre todo tiene fútbol. Sus compañeros viven en buena medida de sus ocurrencias, y tuvo muchas en el partido contra el Madrid.

El Madrid tiene muchos como Nolito, mejores que Nolito incluso, lo que puede explicar que ganen casi siempre este tipo de partidos. Pueden incluso permitirse el lujo de que alguno no carbure, como pasa actualmente con Isco y Cristiano. Ninguno de los dos hace acto de presencia, parece que les pesan las botas y no responden a las lógicas expectativas que hay sobre su juego. Tampoco importa, en su ausencia está James, perfecto en todas las zonas del campo. Es su mes, está siendo el que más está dando a los de Ancelotti: equilibrio, físico, definición, magia… Y junto a él, entre los buenos –más que entre los muy buenos- Chicharito, que tiene gol y todas las ganas del mundo para marcarlos. Fueron dos y eso que no jugó el partido entero. El mexicano no es el delantero más creativo ni el más potente, pero, en ocasiones, el olfato es lo único que se necesita para ser querido.

Las bondades de las delanteras, evidentes en ambos equipos, no quitan que un entrenador defensivo viese el partido y pensase cambiarse de deporte. El Madrid no defendió porque no pudo, para empezar porque el medio del campo, con Kroos e Illarra, es endeble. Se filtraban los jugadores celestes en manadas, sin nadie que les incomodase hasta llegar a las orillas del área. Kroos, que marcó el primero del Madrid, no está fuerte, pero su caso es menos grave que el de Illarra, pues él al menos estructura al equipo y le dota de cierta jerarquía. El problema del vasco es el más grave que se puede tener para jugar en el equipo blanco: la velocidad. No juega rápido y, lo que es peor, no piensa rápido. Tiene buena técnica, es solvente en la ejecución de lo poco que hace, pero habitualmente no puede hacerlo porque no llega a tiempo. Se entiende que Ancelotti no le vea como alguien que le de lo que pide a un mediocampista, y por lo tanto es lógico que se pierda en las alineaciones siempre que el día es de campanillas.

Tampoco Casillas está en su mejor momento, más bien al contrario. Los fallos no son estrepitosos, pero la sensación general es que el de Móstoles ya no es el que era. A pesar de lo que diga Florentino, él ha demostrado muchas veces ser capaz de ocupar la portería del Madrid con solvencia. El problema, en todo caso, es que esos días son pasado. O, al menos, no son los tiempos actuales, siempre hay tempo de enmendarse. El miedo en los defensas, en los medios y en los aficionados está presente. Y un club con ese presupuesto no se puede permitir tanto.

En cuanto al Celta, es admirable la propuesta, pero también un poco miope. Saben de antemano que desconcentrarse en defensa, contra el Madrid, es firmar una sentencia de muerte. Y eso les pasó constantemente, durante todo el partido. La defensa adelantada no tiene la velocidad suficiente para echar carreras a los purasangres de Ancelotti. Así, claro, la defensa es lo lógico. Dejó buenas sensaciones y quedó con cierta sensación de amargura, pues tuvo muchas ocasiones que no materializó y reclamó un penalti que podría haber apretado el final.

Los blancos siguen vivos. Presionan al Barcelona, que es de lo que se trata. Si al final ganan todo y no se llevan el título no será porque hayan dejado de intentarlo. Eso también cuenta.

 Celta de Vigo: Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Fontàs, Jonny; Augusto, Krohn-Dehli, Orellana (Bongonda, m.63), Santi Mina (Pablo, m.73), Nolito; y Larrivey (Charles, m.72).

Real Madrid: Casillas; Carvajal, Varane, Ramos, Coentrao; Illarramendi, Kroos, James (Arbeloa, m.84), Isco (Jesé, m.81); Chicharito (Pepe, m.73) y Cristiano.

Goles: 1-0 Nolito (9'). 1-1 Kroos (16'). 1-2 Chicharito (24'). 2-2 Santi Mina (28'). 2-3 James (43'). 2-4 Chicharito (68')

Pérez Montero mostró amarilla a Krohn-Dehli, Carvajal, Ramos, Orellana y Jonny. 

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