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El mordisco de Luis Suárez pasa a la historia junto a la patada de Cantona

"La sanción de tres partidos era claramente insuficiente, por lo que Luis Suárez deberá cumplir siete encuentros adicionales al castigo habitual". Así ha explicado la Federación Inglesa de Fútbol (FA), el castigo impuesto al delantero del Liverpool, que el pasado domingo mordió en el brazo a Ivanovic, defensa serbio del Chelsea, durante el partido de la Premier entre ambos equipos en Anfield. Si la FA rechazara los argumentos del futbolista, que ya aceptó los cargos que le imputaba la autoridad deportiva, el uruguayo no podrá participar en los cuatro últimos encuentros que restan de la Premier esta temporada.

El máximo organismo del fútbol inglés informó en un comunicado que la gravedad de la agresión de Luis Suárez justifica una sanción más dura que los tres partidos que suele imponer a los jugadores acusados de "conducta violenta". Una comisión reguladora independiente de la FA, formada por tres expertos, hizo pública una sanción que tendrá efecto inmediato, si bien el jugador cuenta con un plazo de dos días, hasta el próximo viernes, para presentar alegaciones.

En el minuto 74 del encuentro entre el Liverpool y el Chelsea en Anfield el pasado domingo (2-2), Suárez mordió en un brazo a Ivanovic en una jugada en el área de los 'blues', una acción que el árbitro no vio y que la FA decidió juzgar de oficio. El director general del Liverpool, Ian Ayre, señaló que "tanto el club como el jugador están sorprendidos y decepcionados por la severidad de la decisión de la comisión". "Esperamos a que se publique el escrito de razonamiento de la sanción para hacer nuevos comentarios", dijo el responsable de los 'reds', séptimos en la Premier con 51 puntos, a diez de los puestos europeos.

Suárez ha estado en diversas ocasiones en el centro de la polémica en el Reino Unido en los últimos tiempos, y la temporada pasada ya fue sancionado con ocho partidos de suspensión por dirigir insultos racistas al jugador del Manchester United Patrice Evra. Hasta el pasado lunes, el uruguayo era el máximo goleador de la liga inglesa con 23 tantos, pero fue superado por el holandés del United Robin Van Persie, que marcó un triplete ante el Aston Villa y suma ahora 24.

La sanción de diez encuentros es una de las más duras que se ha impuesto a un jugador del fútbol inglés en su historia reciente, e iguala a la que sufrió el exfutbolista del Southampton David Prutton en 2005 por empujar al árbitro Alan Wiley.

En 1998, el italiano Paolo di Canio, que entonces jugaba en el Sheffield Wednesday y ahora es entrenador del Sunderland, fue castigado con once partidos por agredir al árbitro Paul Alcock, mientras que el inglés Joey Barton, del QPR, fue suspendido doce encuentros por agredir al Kun Agüero y Tévez, del Manchester City, en 2012.

Las mayores sanciones en la Premier las sufrieron el francés Eric Cantona, en 1995, que estuvo nueve meses alejado de los campos por dar una patada a un aficionado durante un partido, el exportero australiano Mark Bosnich, por dar positivo de cocaína en 2003, y el inglés del Manchester United Rio Ferdinand, por no presentarse a un test antidopaje, también en 2003.

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