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Primer gatillazo de McLaren en Montmeló: los nuevos colores del coche recuerdan al... triste Hispania

A la izquierda, el nuevo McLaren; a la derecha, el Hispania de 2010.

Se ve que en McLaren Honda hasta los encargados del departamento de marketing están en rodaje. O en pretemporada, como lo prefieran. Porque un acto que se había planteado como el primero de un fin de semana ilusionante ha resultado el fiasco inicial en el periplo europeo de la escudería británica en el hasta ahora nefasto Mundial 2015 de Fórmula 1.

McLaren había anunciado cambio de colores para este jueves, pero decidió adelantarlo por sorpresa y desveló en sus cuentas de redes sociales el nuevo estilismo. Sorprender, sorprendió, pero negativamente.

Primero, porque el cambio ha sido muy discreto. Nada rompedor ni atractivo. En comparación con el modelo que ha disputado las primeras carreras del campeonato, se ha oscurecido el gris principal, hay más trazos de color rojo y las letras son de color blanco. Poco más. Este era el antiguo coche:

El bólido de Fernando Alonso y Jenson Button sigue siendo elegante, incluso más que antes porque se acerca bastante al siempre señorial color negro. Sin embargo, los aficionados a la F1 tienen buena memoria y en seguida le han sacado un parecido tan razonable como nefasto.

El nuevo MP4-30 recuerda al F110, coche de la modestísima escudería española Hispania que debutó en F1 en el Mundial de 2010. Hispania, después HRT, sólo duró tres años en la élite, siempre en cola de la parrilla.

Fundada en 2009 por el expiloto español Adrián Campos -curiosamente también antiguo representante de Fernando Alonso-, Hispania acabó devorada por unas penurias  económicas que lastraron su fugaz paso por la élite del automovilismo.

El poderoso binomio McLaren Honda no tiene problemas de dinero, al contrario, pero el recuerdo de los lentos Hispania sacudió a los seguidores del equipo inglés y del piloto asturiano, hasta llenar Twitter de mensajes entre melancólicos e irónicos:

Este gatillazo estético no debería tener nada que ver con los anunciados avances mecánicos de los bólidos ingleses, pero el desencanto es tan grande que cualquier nimiedad cae como una losa sobre los ánimos de los seguidores de Alonso. Sólo él puede levantar la moral de su tropa.

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