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Alonso estrena el Ferrari 2013: no hay que fiarse del coche ni del piloto

"Tengo 7 posibilidades sobre 10 de ser campeón", manifestó Fernando Alonso en marzo de 2009. Finalizados los últimos entrenamientos de aquella pretemporada, el entonces piloto de Renault ilusionó a los aficionados con su discurso y con algunos tiempos notables marcados por su R29. Poco duró la alegría. El español acabó noveno en el Mundial de pilotos y Renault, octavo en la clasificación de escuderías.

Normalmente, todo los equipos "engañan". Es decir, los tiempos y las manifestaciones de los pilotos hay que tomarlas con pragmatismo. Excepto que la superioridad sea tan aplastante y verídica como la de aquel 2009, cuando el novato Brawn GP arrasó en Montmeló y siguió haciéndolo en casi todos los circuitos hasta lograr un doblete histórico.

Un año después Alonso, vestido de rojo Ferrari, desató la pasión nacional e internacional. "No tengo ninguna preocupación cara al primer GP. Hicimos una lista con todas las cosas que teníamos que probar durante la pretemporada y hemos puesto una cruz a la última -declaró el asturiano el último día en Montmeló-. Llegamos a Bahrein con los deberes hechos". Y, en efecto, Alonso y Ferrari ganaron la primera carrera. Pero a partir de ahí el rendimiento del Ferrari decayó, y sólo una segunda mitad de campeonato espectacular le permitió luchar hasta la última carrera, Abu Dhabi, con Sebastian Vettel. Sin embargo, el poderío aerodinámico de Red Bull fue decisivo y el equipo austriaco inauguró una época triunfal que sigue vigente desde entonces.

En 2011 el coche fue menos 'sincero' que el piloto en pretemporada. Porque mientras el Ferrari cerró los entrenamientos de Montmeló con el segundo mejor tiempo, Alonso avisaba: "El coche es lo que marcará la diferencia y Red Bull son los favoritos, por algo ganaron el año pasado". Y así fue. Vettel y Red Bull se pasearon y el alemán se proclamó bicampeón más joven de la historia en el GP de Japón, con cuatro carreras aún por disputarse.

El año pasado a Red Bull le costó más, pero ya exhibió su prodigiosa capacidad de reacción en los últimos entrenamientos barceloneses. De un día para otro, los mecánicos de la escudería austriaca realizaron varios cambios radicales en piezas clave del coche. Red Bull escondió sus cartas pero dejó patente su poderío. Todo lo contrario que Ferrari. Ni el bólido pintaba bien ni Alonso vendió humo: "Nos falta trabajo. Creo que para las primeras carreras nos va a tocar sufrir un poquito porque no estamos al 100%, pero la temporada es larga y ojalá que salga bien”. Así fue. La 'Scuderia' sufrió al principio, pero las evoluciones y el excepcional pilotaje del ovetense le permitieron remontar y disputarle de nuevo el título a Vettel en el GP de Brasil, último del año.

En los entrenamientos que arrancan este martes, Alonso rodará hasta el jueves, y su compañero Felipe Massa tomará el relevo el viernes.

Montmeló también acogerá la presentación del equipo Williams, que pondrá en escena su nuevo bólido, el FW35, con el que se completará la parrilla de salida de las once escuderías. Esta segunda tanda de entrenamientos de pretemporada se alargará durante cuatro días, y habrá una tercera y última del 28 de febrero al 2 de marzo en el mismo escenario catalán.

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