Publicado: 09/09/2015 09:22
Alguno echará de menos a Boza Maljkovic. No es mi caso. Al menos en lo que llevamos de primera fase, el baloncesto especulativo que tanto ha caracterizado a las competiciones FIBA en contraposición con la NBA se ha aparcado en favor de los resultados abultados. Partidos entretenidos, más noventas que sesentas y algún que otro marcador de tres cifras. Mirillas calibradas, olor a pólvora y que siga la fiesta.
BANDERAS
A Vlade Divac una bandera le costó una amistad de por vida. La de un Drazen Petrovic que se contaminó de manipulaciones ultranacionalistas tras un malentendido en el Mundobasket de 1990. La Yugoslavia aún unida le había ganado el cetro mundial a la URSS en el Luna Park de Buenos Aires y alguien, en medio del jolgorio y la consiguiente invasión de campo, saltó al parquet con una bandera croata. Divac cuenta que quiso apartar esa tela, que simbolizaba división, en una celebración que debía suponer unión. Pero la prensa croata más ruidosa no dudó en señalar el gesto como una afrenta política. Divac (serbio) y Petrovic (croata), íntimos amigos hasta ese instante, no volvieron a hablarse.
El gesto de Nikola Mirotic tras el España-Italia, quizá también malinterpretado, supone un déjà vu inevitable.
UNA BOMBA AZZURRA
A Marco Belinelli siempre le han comparado con Juan Carlos Navarro. Desde que asomase de joven por la cantera de la Virtus de Bolonia para luego marcharse a la Fortitudo, eterna rival, en él se veían trazas del desparpajo y la chispa ofensiva de nuestra 'Bomba'. Con más años en la NBA pero con menos caché en Europa, el caso es que el de San Giovanni in Persiceto eligió precisamente a España para completar un partido digno de su espejo catalán.
EL OTRO ALI
No debio disgustarle a Bobby Dixon el apelativo islámico que debió adoptar al nacionalizarse: Ali Muhammed. Con su 'nombre de esclavo', que diría el Ali más célebre, dio que hablar la pasada temporada, comandando al sorprendente Pinar Karsiyaka al título de liga en Turquía. Este verano, ya rebautizado, está siendo quizá el gran puntal ofensivo de la selección otomana. El jugador diferente que sacude los partidos. Este Ali también flota como una mariposa y pica como una abeja.
JUGADOR TOTAL
Ya hemos apuntado alguna vez en este cajón de sastre de pinceladas del torneo que Dario Saric juega bien de lo que le dé la gana. Es un base metido en el cuerpo de un pívot. Y contra Macedonia volvió a demostrarlo.
[singular-iframe src='https://vine.co/v/etHFlnIZaVA/embed/simple']
Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.