Publicado: 13/03/2014 04:00
El grave altercado acontecido en el Villarreal-Celta, partido que tuvo que ser parado al ser lanzado al campo un bote de gas lacrimógeno, se saldó con una multa de 4.000 euros para el club y con el agresor huido, al no ser registrado por las cámaras de seguridad de El Madrigal. El vándalo se benefició de un importante fallo de seguridad, pues la cámara que estaba destinada a vigilar la puerta por la que escapó se encontraba estropeada hacía 20 días.
'Vozpopuli' se puso en contacto con el club castellonense para conocer su versión sobre lo ocurrido con la mencionada cámara y un portavoz confirmó que el Villarreal no tiene nada que ver con el sistema de vigilancia. Ni siquiera tiene acceso a los lugares de control y, por lo tanto, difícilmente podían conocer los fallos de la cámara. Sin embargo,
En este caso son la Policía, concretamente la UCO (Unidad de Control Organizativo), y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) las encargadas de la colocación y mantenimiento de las cámaras de vigilancia que hay colocadas en los estadios. Cierto que el Villarreal es responsable del propio hecho en sí, motivo por el cual fue multado, pero la responsabilidad no es suya, de ahi el malestar que hay en el club que preside Fernando Roig.
Paradójicamente, aunque es posible que ambos hechos guarden relación, el presidente de LFP, Javier Tebas, se empeñó en organizar un homenaje a la afición amarilla. Sin embargo, no habría habido mejor homenaje que reconocer el fallo de las medidas de seguridad que le competen para intentar restaurar el daño de imagen que sufrió el Villarreal.
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